Toma nota

Es la parte de la política menos agradable para quienes llevaban más de 30 años en el mullido sofá

Toma nota, tomo nota. Si la coma fuera un guión y el guión fuera el desarrollo de una historia previsible, los dos modos del verbo tomar resumirían la situación -dramática- del Partidos Socialista Obrero Español en Andalucía. Y de ser verdad que el 'pedrismo' se abstuvo de votar a Susana Díaz, con los resultados conocidos, y ahora el 'susanismo' se abstuviera de votar a las candidaturas de Pedro Sánchez, a saber qué podría ocurrir en las previsiones de Tezanos, el gran chef de la cocina precocinada de la Moncloa para Andalucía. Volviendo siempre a la máxima de quien cuenta bien su pueblo cuenta bien el mundo, la verdad, a algunos/algunas de las capas más conspicuas del PSOE gaditano, susanista por supuesto, pueblo a pueblo no los veo yo votando la candidatura de María Jesús Castro sin contener la arcada. Demasiado fuerte, no me cabe duda. Es lo que tiene desvestirse de la ropa de cordero del buen rollo del falso compañerismo para que aparezca el verdadero cuerpo desnudo del poder y el híspido gesto facial de la lucha por el poder. Que de otra cosa no se trata. Primero se deshuesa de susanismo a la representación en cada provincia para, con posterioridad, mandar al retiro a la ex presidenta del gobierno de Andalucía. Pero claro, entonces ya estamos en el a vida o muerte. Susana Díaz es el nombre de una super estructura de poder institucional y orgánico, más que una militante de Triana que fue presidenta de la Junta y perdió, tras décadas de hegemonía socialista en Andalucía. Con ella caen los suyos, como ahora acaba de ocurrir. Todos, casi todos, la gran mayoría. Dadme los estatutos y barreré la estancia, o sea.

Volvamos al principio. Susana Díaz ha dicho 'tomo nota' al toma nota que le ha dicho "Elfederal". Nunca dos palabras arrojan tanto enigma. ¿De verdad era necesario que tomara nota del empujón que le han dado y de la previsible puesta en situación de prejubilación a la que la ha enviado Ferraz? Si tiene la encarnadura similar a la que ha demostrado tener Pedro Sánchez, cogerá su utilitario y empezará una peregrinación por cada pueblo, para reunir a las fuerzas derrotadas y dispersas con el fin de reconquistar el poder, que ahora tiene ya en muy precario. Es la parte de la política menos agradable para quienes llevaban más de 30 años en el mullido sofá de las instituciones y demás invenciones políticas. El utilitario, digo, y los caminos de nuestra Andalucía, bastión de una de las almas del socialismo, de uno de los modos de ser español en tiempos difíciles, en tiempos de Pedro Sánchez.

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