SE cayó otro mito. Sólo queda en pié el de los gallegos que levantan las tiendas de Inditex, que no hay quien les pare cuando se ponen a trabajar. Se para el puente. Se ralentiza el puente. Para la ciudad es lo mismo una cosa que la otra. Al final habrá puente pero es que durante meses ha sido una obra muy viva. Daba igual sábado que domingo, Navidad que Fin de Año. Alguien siempre trabajaba con La Pepa. Y ahora salen los políticos afirmando con milimétrica rotundidad que "creen" que no se parará el puente, "a lo mejor" se ralentiza. No se trata de una rotonda ni de un asfaltado. El puente nos une con el futuro y con la esperanza de salir del agujero donde nos hallamos los gaditanos por culpa de nosotros mismos y del capricho de los que dicen que velan por nosotros. Alguien debe dar la cara por La Pepa y hacer que cesen las divagaciones, porque con sus pilares se elevan las esperanzas de muchos gaditanos que seguimos creyendo en La Pepa.