Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Desde mi cierro

Pedro Mª Glez. Tuero

Teatro

Yes lo mismo. Un año más que se va. Y vuelta a empezar. Puro teatro. Porque no sé, festivo lector, si el ciudadano isleño está dispuesto a ser feliz. También desconozco si a ese cañaílla, que es consciente y responsable ciudadano, que de verdad quiere a su pueblo, se le puede desear a pecho descubierto esa felicidad, que mire el futuro con optimismo y que el año nuevo que se cuela con descaro y sin reclamo, sea mejor que éste. Aunque yo sí me atrevo, porque sería lo mínimo que se podría desear durante estos días que corren. Especialmente se lo transmito a aquellos que, si los hay, me han seguido y sufrido, en esta larga treintena de artículos que durante este languidecido año, a pesar de sus diferentes partos, a veces muy dolorosos, he escrito y he gritado libremente mi punto de vista -muy equivocado, en ocasiones- sobre esta Isla que nos vio nacer, crecer y enamorarnos. Y no quiero hacerlo a la moda, con esos enrevesados y hasta cursis mensajes que nos invaden el móvil durante estos días, sin dudar de sus buenas intenciones, que parecen que quién te desea lo mejor es el que más vueltas le da para decirte sencillamente que seas muy feliz en lo venidero -puro teatro-, lo prefiero desde aquí, desde este privilegiado "cierro" desde el que semanalmente me asomo.

Esta Isla a la que tanto le gusta y es aficionada a verlas venir. Isla contemplativa, de pies sobre aceras o balcones, para que pase por delante lo que tenga que pasar. Ya desfile lo profano o lo divino: cabalgatas con sus cabezudos y gigantes, vírgenes, cristos y otros santos, por doquier. Isla espectadora. Teatro en la calle. Ciudad con más sombras que luces, aunque por estos festivos días lo confunda, parece que lo cambia, que hay más luz, más claridad. Mi Isla de siempre, la de mi niñez y mi adolescencia, mis amoríos, mis paseos y mis pesares. Porque, supongo que alguien lo remediará. Que dejará de ser luz de Navidad y que será luz propia para siempre. Una Isla no iluminada sino luminosa. La ciudad emprendedora que no tiene que esperar, que ella misma irá al encuentro, que participará como la que más. Esa Isla con la que todos soñamos no sólo en Navidad. Y que este teatro tenga un final feliz. Que esta representación de la vida o de la mentira, acabe bien. Aunque con estos actores, permítanme que lo dude, será difícil. No obstante, por ser puro teatro, mucha mierda para el próximo año es mi deseo, de todo corazón.

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