España, 8 de julio de 2013 Querido hijo: Te pongo estas líneas para que sepas que te escribo. Así que si recibes esta carta es porque te llegó. Si no, avísame y te la mando de nuevo. Te escribo despacio porque sé que no puedes leer deprisa.

El tiempo aquí no es tan malo: la semana pasada solo llovió 2 veces. La primera vez por 3 días y la segunda por 4. Con respecto a la chaqueta que querías, tu tío Manolo dijo que si la mandábamos con los botones puestos pesaría demasiado y el envío sería muy caro, así que le quitamos los botones y los pusimos en el bolsillo.

Al fin enterramos a tu abuelo. Encontramos su cuerpo con lo de la mudanza. Estaba en el armario desde el día en que nos ganó jugando al escondite.

El médico vino a la casa para ver si estábamos bien y me puso un tubito de vidrio en la boca. Me dijo que no la abriera por 10 minutos y tu padre se ofreció a comprarle el tubito. Hablando de tu padre, ¡qué orgullo!: tiene nuevo trabajo con cerca de 500 personas debajo de él. Lo han cogido de cortacésped en el cementerio.

Tu hermana Julia, la que se casó con su marido, por fin dio a luz, pero como todavía no sé de qué sexo es, no te sé decir si eres tío o tía. Si el bebé es una niña, tu hermana va a nombrarla como yo. Se nos va a hacer muy raro llamar a su hija: "mamá". Tu padre le preguntó a tu hermana Pilar que si estaba embarazada. Ella le dijo que sí. Tu padre le preguntó que si estaba segura que era de ella.

A quien nunca hemos visto más por aquí es al tío Venancio, el que murió el año pasado. Aunque peor es lo de tu hermano Juancho. Cerró el coche y dejó las llaves adentro. Tuvo que ir hasta la casa por el duplicado para poder sacarnos a todos del auto.

Si ves a Doña Remedios, dale saludos de mi parte; si no la ves, no le digas nada.

Tu madre que te quiere.

Josefa

Así como en España hacemos chistes sobre Lepe, en Cuba los hacen con los "gallegos", que es como nos llaman a los españoles. En ambos casos, sin ánimo ofensivo. La carta está sembrada, ¿no les parece?