ES impropio y hasta podríamos decir que poco elegante atacar a un jurado que siempre te ha favorecido, en el día en que te pone una mala nota. Mucho peor es descalificar sus decisiones y despreciar la importancia de las mismas en el primer examen que no te aprueban. La excusa de que el profesor te tiene manía no se la cree nadie ni en el caso en el que reiteradamente te suspende, así que mucho menos al primer revés. Al serle retirada la bandera azul en dos playas, el Ayuntamiento de Cádiz ha reaccionado como una mezcla entre el alumno creído ante el resultado negativo de una evaluación por sorpresa y la zorra que no podía alcanzar las uvas. Ha visto conspiraciones o maniobras donde no ha habido más que un procedimiento normal, y se ha apresurado a destacar que las playas de Cádiz tienen otros galardones. Nada de aquella frase tan buena y olvidada: "Vamos a ver qué ha ocurrido y lo arreglaremos".
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