La Sierra pide turno

La administración podría darse cuenta de que una y otra vez se repite lo mismo: la formación da alegrías

La guía Michelín ha otorgado un Bib Gourmand, una distinción que otorga a sitios donde se come bien sin que la cartera se resienta en exceso, al restaurante La Tarara de Olvera, un local regentado por dos jóvenes de la localidad que emigraron a Madrid y que después de destacar allí decidieron volverse a su tierra para situarse en el local del antiguo bar Manolo, un sitio que encandiló a media provincia hace muchos años con las tortillas mixtas que hacía Encarna Olid.

Es un espaldarazo para ellos y también para Olvera, una de las poblaciones más bonitas de la Sierra de Cádiz pero que no se conoce como merece, pero es un galardón que afortunadamente no es una isla en la gastronomía de la Sierra de Cádiz sino la confirmación del trabajo que se está realizando en la zona y que ya dio también recientemente más alegrías como el Bib Gourmand y el nombramiento de cocinero revelación para Pedro Aguilera, del Mesón Sabor Andaluz de Alcalá del Valle.

Estoy seguro de que estas dos alegrías no son las únicas que va a dar la Sierra de Cádiz porque hay una generación de nuevos valores en la zona que está destacando y que está haciendo cosas de lo más atractivas.

Sería injusto no reconocer en este fuerte impulso que está teniendo la gastronomía de la Sierra de Cádiz, la labor realizada por el cocinero y profesor de cocina, Antonio Orozco, organizador del concurso Chef Sierra de Cádiz. De nuevo, detrás de estos movimientos, aparece, al fondo, el tema de la formación, que parece fundamental para conseguir todos estos objetivos.

Es un gran logro lo de Gabriel Medina y Juan Antonio García y es un gran logro que los jóvenes crean en las posibilidades de sus pueblos de origen, que estén dispuestos a apostar por su tierra, algo que también hizo hace un tiempo, y sería también importante reconocérselo, Ángel León en El Puerto o Juanlu Fernández e Israel Ramos en Jerez.

En los próximos días, con motivo del puente, la Sierra de Cádiz y sus establecimientos hosteleros se llenarán y muchos podrán comprobar las cosas tan buenas que se están haciendo en la zona. Ir a comer a estos sitios es el mejor homenaje que le podemos hacer nosotros los consumidores. En cuanto a la administración podría darse cuenta de que una y otra vez se repite lo mismo: la formación termina dando alegrías. ¿No habría que invertir ahí?

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