Al contrario que algunas poblaciones de la Bahía, que a duras penas logran retener a su población, no pocas localidades de la Sierra, durante los dos últimos años, sobre todo, han experimentado un crecimiento de su población. Al margen de sus innumerables atractivos, qué duda cabe que la pandemia del coronavirus ha animado a muchísimas personas a empadronarse en los pueblos blancos de nuestra provincia, para alejarse del mundanal ruido y, en la medida de lo posible, de las aglomeraciones y los contagios. A ello ha ayudado, en paralelo, el teletrabajo, que al parecer ha llegado para quedarse en no pocos casos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios