La superioridad de Sevilla sobre Cádiz es absoluta. Hasta en Carnaval. Tres horas antes de que terminara la Final del concurso del Falla ya sabían en Sevilla el nombre de los cuatro grupos ganadores. Y mientras en la plaza de Fragela seguían las discusiones, el Ayuntamiento de la ciudad madre y maestra mandaba imprimir los carteles anunciando la actuación de los ganadores en la Plaza Nueva.

Sábado de Carnaval. Sevilla embarca en el tren a sus aficionados al Carnaval y los manda a Cádiz para que se emborrachen en sus calles. A cambio, la Tacita de Plata envía a sus mejores agrupaciones para que deleiten a los cuatro sevillanos que acuden despistados a la Plaza Nueva.

Lunes de Carnaval. Pasear por Sevilla es maravilloso; comienza a oler a azahar y la Primavera parece meterse por todos los poros del cuerpo. Cádiz ya no huele a mar; huele a meados y a cáscara de erizos.

Lunes de Carnaval. Cádiz, "la ciudad antipalurda por excelencia", hace cola con una botella de Manzanilla remontada en busca del paponazo y del goffre. En Sevilla ya han limpiado la plaza Nueva. No hay tartanas ni turrón revenido. Pero como tengo hambre me voy a La Flor de Toranzo:

-Trifón, mi arma, ponme una copita de 51-1ª y una tapa de foie.