NO hay que ser un lince para darse cuenta de que el futuro de los grandes proyectos de Cádiz, casi todos relacionados con el Bicentenario, están en su mes decisivo. La tijera amenaza con cortar los hilos ahora imaginarios del atirantado segundo puente, mientras se desconoce si afectará también a obras como las del Oratorio, la plaza de Sevilla, el Castillo de San Sebastián o el parador. Por si acaso, y ante lo crucial del momento, igual debiera recuperar Teófila aquella sana costumbre de llamar insistentemente a la puerta de los ministros para recordar que Cádiz se juega parte de su futuro en los próximos dos años. Si lo hacía con los ministros del PP, nada le impide hacerlo con los del PSOE. Que lo haga. Que vaya, igual que ha ido a Colombia para que Uribe le preste una exposición. Pero que no vaya sola. Que la acompañen concejales y diputados de todos los partidos; que demuestren que les importa la ciudad. Ahora o nunca.