Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

El oresidente del Gobierno está moviendo hilos para dejar Moncloa. No lo reconoce públicamente ni lo reconocerá, pero nadie de los que podrían desmentirlo de forma tajante se atreve a hacerlo, so pena de que su credibilidad quede en entredicho.

Sánchez sabe mejor que nadie que no tiene fácil la reelección. Su exagerada vanidad le impide asumir una probable derrota en las urnas y busca irse antes de ser echado. Pica alto, el Consejo Europeo o la secretaría general de la OTAN, aunque mantendrá su posición pública de que piensa agotar la legislatura.

La prueba de que él mismo duda de su continuidad es que mira hacia fuera buscando un nuevo destino que él considera que merece como personaje político. El calendario le es adverso, porque las elecciones europeas se celebran meses después de las españolas, y si Pedro Sánchez no las gana, es difícil que pueda acceder a la presidencia del Consejo, un cargo que tradicionalmente se reserva para una figura de la máxima relevancia, a ser posible un primer ministro. Sería difícil que hubiera el necesario consenso entre socialistas y populares para ofrecer el Consejo a quien acaba de perder las elecciones. Lo que podría ocurrir, no solo porque lo indican los sondeos sino por el visible descontento con la gestión del gobierno de coalición, los gravísimos problemas económicos y las políticas de concesión a partidos independentistas y a Podemos.

Pero Sánchez tiene otra opción en cabeza: la secretaría general de la OTAN. Hoy la ocupa Stoltenberg, que a partir de septiembre será el nuevo presidente o gobernador del Banco Central de Noruega, y aunque por la actual situación de guerra en Ucrania parece que va a pedir al Banco un retraso en su incorporación, no podría prolongarse más allá de unos meses.

De aquí a entonces, Sánchez tiene que conseguir algo indispensable: el apoyo de Joe Biden a su candidatura. No se contempla la posibilidad de que un secretario general de la OTAN no cuente con el respaldo de la Casa Blanca, el Pentágono y el Departamento de Estado, y el problema para el presidente español es que, hoy por hoy, Biden no ha dado muchas muestras de entusiasmo hacia Pedro Sánchez.

Es la razón de que esté tan volcado con la organización de la cumbre de la OTAN que se celebra dentro de dos semanas en Madrid. Como anfitrión, Sánchez confía en que, esta vez sí, pueda mantener una larga reunión con Joe Biden, que hasta ahora ha rehuido incluso su saludo. Conoce el presidente español las reticencias hacia su persona, hacia su gobierno de coalición con un partido comunista, y también reticencias hacia amistades de dirigentes de Podemos con dictadores latinoamericanos.

Habrá que estar atentos por tanto al encuentro que Sánchez quiere mantener con Biden en Madrid. El presidente español se juega mucho en ella. Salir del Gobierno con la cabeza muy alta para convertirse en un personaje de relieve en el escenario internacional.

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