El refrán español más inesperado es: "Dime de qué presumes… y te diré de qué careces". Contra el sentido común, la lógica, la inteligencia y la discreción, va y lo clava. Se trata de un refrán surrealista que acierta. Una concreción práctica sería Pedro Sánchez, que declaró pomposamente, cuando su famosa dimisión de 2016: "Dije ayer y subrayo hoy que mis padres me enseñaron que lo más importante es mantener la palabra".

Lo que sus padres le enseñaron estuvo muy bien elegido. Lo que no parece es que esté muy bien aprendido. Porque Sánchez puso como ejemplo al ministro alemán que dimitió por plagiar su tesis, y ahora lo suyo con la suya son unos "errores involuntarios" con las comillas. Dijo en sede parlamentaria que la tesis estaba publicada y no lo estaba ni lo estuvo hasta muchas horas después. Dijo que iría a declarar al Senado, pero ya no va. Dijo que iba a querellarse contra los medios que afirmaban que había perpetrado un plagio y aún están esperando. Dijo que si alguien en su Ejecutiva tenía una sociedad instrumental para pagar menos impuestos estaría fuera en 24 horas y Duque ahí sigue, en su Ejecutivo. Dijo que venía a regenerar y está poniendo camaradas en todos los cargos públicos. Dijo en su CV que era jefe de gabinete de la ONU y ya no lo dice, ni director de la OCU. Dijo que la moción de censura era para convocar elecciones y dice ahora que tururú. Dijo que no pactaría ni con nacionalistas ni con populistas y ha pactado con ambos a dos carrillos. Dijo que era una vergüenza que Rajoy diese ruedas de prensa por plasma y él lleva dos meses sin plasmarse ni virtualmente ni en carne mortal. Dijo que era un fraude constitucional por decreto-ley y está batiendo el decreto-récord. Mantiene el puesto, la palabra no.

Quizá sus padres tuvieron más éxito pedagógico con su otro hijo. Cualquiera podría replicarme que el mentiroso, para serlo exitoso, tiene que hacer más énfasis que nadie en que él dice la verdad. El mentiroso presume, pues, pero no por presunción, sino por oficio. Es un reparo inteligente. Tengo que buscarme, por tanto, otro ejemplo. ¿Valdrá ese argumento que da Sánchez para no ir al Senado a dar explicaciones de su tesis: "Porque quiere prestigiar el Senado. Este Gobierno lo que va a hacer es prestigiar las instituciones"? Presume de que no va por dignidad. Yo creo que esta vez es un ejemplo de libro del viejo refrán, no lo digo por presumir.

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