CON LA VENIA

Fernando / Santiago

Sacramentos civiles

DICE Miguel Angel Aguilar que los que saben de protocolo y solemnidad son los militares y la Iglesia. En eso debía estar pensando el concejal de IU Sebastián Terrada el día que propuso hacer bautismos civiles en el Ayuntamiento de Cádiz. El hombre, en su ingenuidad, pretendía poner al alcance de los ateos lo que tienen a su disposición las personas religiosas. Se debió pensar que si un católico puede celebrar el nacimiento de un niño con todo el boato por qué no ofrecer este servicio a quienes no son creyentes. Como en las bodas, la ceremonia se haría en el salón de plenos para sustituir la magnificencia una iglesia con la solemnidad de la principal sala capitular. Pero Terrada se ha quedado corto. Ya puestos podríamos poner a disposición de los ciudadanos toda la parafernalia eclesiástica, los siete sacramentos por lo civil y más. Una cosa espiritual pero mundana, un servicio municipal al pueblo soberano por gentileza de IU. Por ejemplo, primeras comuniones por lo civil. No sé si los niños se vestirán de marineritos o de miembros de la milicia nacional, que ahora pega más. La confirmación, con el cachete ofrecido por la alcaldesa o por el arzobispo municipal, José Blas Fernández, que le falta una capa de armiño para completar su función de casamentero principal. La extremaunción es un pequeño problema pero ¿por qué un moribundo católico tiene más derechos que uno que no lo es? La confesión se podría resolver con un cuerpo municipal de sicólogos argentinos que escuche los problemas de la ciudadana con el perdón de los pecados mediante servicios comunitarios. El sacerdocio podríamos sustituirlo por un cuerpo de voluntarios para atender barbacoas, botellones, regatas y demás eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa. Siempre habrá gente dispuesta si se les regala una camiseta, una gorra y un pin, que a los curas se les da sotana. En último lugar hay que hacer la eucaristía por lo civil para que los que no creemos en la Divina Providencia podamos estar en comunión con los demás. Podría ser un pleno municipal concelebrado, con sus peleas y todo, que la vida civil no tiene que ser idéntica a la religiosa. Son algunas ideas para que el intrépido concejal de IU pueda ampliar su propuesta. Los caminos de la revolución son como los del señor, infinitos.

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