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Cuchillo sin filo

francisco Correal

Roque III

SUS estadísticas son de Cristiano Ronaldo. Mariano Ozores cumple hoy 89 años y ha dirigido 95 películas. Quitó mucha hambre, dijo en una entrevista Pilar Bardem; quitó mucha sed del buen regusto que nos dejaron a sus seguidores y admiradores, que somos legión, las cervecitas de las que dimos cuenta cuando sus películas eran los Alphaville de los cines de verano. Sólo Jesús Franco dirigió más películas en este país. Y, sin embargo, han tardado casi treinta años en darle un Goya.

Habrá muchas películas mejores que las suyas, pero muy pocos cineastas han escrito un libro de memorias tan honesto, tan disparatadamente genial como Respetable Público, que Mariano Ozores completó con el subtítulo Cómo hice casi cien películas. Con las cinco primeras se mudó de piso, todavía de alquiler, y se compró un Fiat de primera mano. El libro me lo regalaron mis hijas Andrea y Carmen el día del padre de 2002. Sí, hija, sí, y parafraseo a Antonio Ozores cuando veo sus cariñosos versos, sus inocentes dibujos. Ellas no saben lo importante que ha sido Mariano Ozores en este país y en mi vida. Me ha parecido de justicia poética que en la balda en la que están mis libros de cine aparezcan las Memorias de Ozores entre la biografía de Manolo Summers que escribió su sobrino Zacarías Cotán y sendas biografías de John Ford, Luis Buñuel y Billy Wilder de Cátedra.

En 1959, Mariano Ozores, el hermano de José Luis y de Antonio, estrena su primera película y nace su sobrina Adriana. Dice en el libro que la bautizaron así por Arianne, la película de Billy Wilder. Sus Memorias son un ensayo casi científico de la risa adobado con citas como ésta de Nietzsche: "El hombre sufre tan terriblemente en el mundo, que se ha visto obligado a inventar la risa". Tardaba veinte días en rodar una película, hizo a Roque Tercero después de ver en el cine Rocky II, convirtió a su hermano Antonio en Richelieu en su versión de Los Tres Mosqueteros.

El año que Buñuel gana el Oscar con El discreto encanto de la burguesía, 1973, Mariano Ozores estrena cinco películas. Su hermano Antonio simultaneaba el rodaje de El reprimido con las dos funciones de Una noche de streap-tease con Sazatornil. Con su estajanovismo, Mariano Ozores se merece un Goya y un Eisenstein, un acorazado Potenkim y una Diligencia. Una de las 133 películas que dirigió John Ford. Sólo los cursis, tan flojos, consideran incompatibles la calidad y la cantidad.

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