Resulta muy curiosa la foto de Felipe VI en el velocípedo eléctrico de tres ruedas que Torrot fabricará en Cádiz próximamente. Sucedió en la Andalucía Digital Week que se celebra en Sevilla. Ese evento no es como el congreso de Mobile World en Barcelona, ni mucho menos, pero ha servido para dar una imagen grata (y también favorable) de ese velocípedo que aportará más trabajo a la Bahía de Cádiz. Aunque ni de lejos creará tanto empleo como otros sectores industriales tradicionales (me refiero al naval y el aeronáutico, sobre todo), ni tampoco viene a cubrir el vacío dejado por Delphi, como alguien ha llegado a insinuar; ni siquiera por Altadis, en cuyos terrenos se asienta.

Por el contrario, la inversión de Torrot en Cádiz (estimada en 12 millones de euros) será útil porque aportará dos centenares de puestos de trabajo, aproximadamente, lo que en teoría supondrá 200 parados menos. No es la solución definitiva al paro industrial en la Bahía, pero confirma que existe un término medio. Cinco empresas que aportasen 200 nuevos empleos cada una también serían convenientes, porque ya quedan pocas que creen 1.000 puestos de trabajo de una tacada. Por muchas subvenciones que reciban, las grandísimas empresas están más entretenidas en los Eres y recortes que en la ampliación de plantillas.

El consejero delegado de Torrot, Iván Contreras, dijo en la Andalucía Digital Week de Sevilla que la fábrica que abrirán en Cádiz "va a ser un referente en la industria de la movilidad sostenible e interconectada". Y añadió que esta fábrica de la Zona Franca gaditana "estará dotada de una tecnología de vanguardia mundial". Estas afirmaciones pintureras de la alta tecnología son imprescindibles en los tiempos que corren. Recuerden lo de Navantia y el clúster naval. Está claro que los velocípedos no son para nuestros abuelos. Puede que esos vehículos eléctricos sean pilotados por robots en un futuro, nunca se sabe.

El velocípedo es como una moto con tres ruedas y capota. Algo así. Nadie podrá decir que les han vendido una moto. Funciona con sistema eléctrico, por lo que no necesita gasolina, ni tampoco casco para pilotar. Es claramente un vehículo pensando para grandes ciudades con circulaciones densas. Tendrá poca utilidad en el Cádiz peatonal que nos han prometido. Este velocípedo no está pensando para los gaditanos propiamente, ni podrá circular por el carril bici.

Este velocípedo al que se ha subido el Rey, como tantas cosas, está proyectado y será trabajado para el resto del mundo.