Crónica Personal

Pilar / cernuda

El Rey y Marruecos

NUNCA el Rey había invitado a sus ex ministros de Exteriores a sumarse a un viaje, y lo hace ahora, cuando pone punto final a su etapa de descanso obligado -que no de rehabilitación, que continúa- con una visita a Marruecos.

El hecho de que con el Rey y García Margallo viajen un puñado de ex ministros, entre ellos los de perfil internacional tan sólido cono Javier Solana o Ana Palacio -ni imaginamos en España cómo se mueve en las más altas esferas-, indica hasta qué punto quiere el Rey expresar a Mohamed VI la importancia que tiene Marruecos para España. Y, es evidente también, con esa "foto" de acompañantes de máximo nivel, que de forma subliminal se pretende dar un espaldarazo a la hoy tan vapuleada monarquía. Por otra parte, don Juan Carlos siempre ha mantenido relaciones muy especiales, muy estrechas, con los ministros de Asuntos Exteriores, no en vano despacha con ellos sobre asuntos delicados de alta político y comparte muchas horas de viajes, de charlas y de encuentros en los que se toman decisiones básicas para la economía y la política española.

Marruecos es un país esencial, como Francia y en menor medida Portugal, siempre hay cuestiones de relevancia con los que se comparte frontera. Pero en estos momentos Marruecos es básico en áreas tan importantes como la lucha contra el terrorismo, la lucha contra la inmigración ilegal, la lucha contra el narcotráfico y, por supuesto, el comercio, la industria y las inversiones económicas. Por no hablar de que en estos complicados momentos el rey de Marruecos se ha convertido en el interlocutor mejor informado sobre asuntos tan importantes como la grave crisis que sufre Siria, el eterno problema de Oriente Próximo que hoy está muy condicionado por la guerra civil siria, el resultado de la llamada primavera árabe que ha supuesto una gran frustración para quienes esperaban de ella un Magreb más democrático y más desarrollado y, también, qué significa que el centro de la actividad de Al Qaeda se haya trasladado a la amplia e inexpugnable zona del Sahel, aunque los campos de entrenamiento continúan en Pakistán y Afganistán.

Se comprende por tanto el gesto del Rey de programar su primer viaje al extranjero a Marruecos, después de meses de convalecencia. Se trata de un reconocimiento a un país que siempre está ahí y es un amigo sincero; y además es un país clave.

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