Desde tribuna

José Joaquín León

Relevo necesario en el banquillo

EN el fútbol no hay concesiones al romanticismo, sólo valen los resultados. Es una pena la forma en que se ha ido Javier Gracia, el entrenador que dirigió el ascenso del Cádiz a Segunda A. Su campaña en Segunda B fue excelente, con algún lunar, como el exceso de goles encajados, pero con un balance general incontestable, que convirtieron al Cádiz en el mejor equipo de esa categoría, con abrumadora diferencia.

Quizá en esa virtud de la pasada temporada estuvo su defecto principal para ésta. Debió asumir que buena parte de esos futbolistas no le darían el mismo rendimiento en Segunda A. Y además no tuvo buena sintonía con Peguero en los fichajes. El resultado ha sido negativo: una de las plantillas más caras de Segunda A, según el presidente Antonio Muñoz, ha rendido mal y nos parece una de las peores.

El Cádiz iba cuesta abajo. Con los números y la clasificación a día ayer, era necesario que Javier Gracia dejara el banquillo. Decir que este entrenador no ha demostrado nunca nada en Segunda A, tan sólo en Segunda B, es cierto según su trayectoria, aunque tal vez sea injusto. Es probable que el técnico navarro, en otras circunstancias, con otra plantilla, hubiera realizado una buena campaña con el Cádiz. Pero todos los indicios apuntaban a que nos llevaba de cabeza al pozo. Esos futbolistas pelotas que tanto le alabaron durante la semana pasada pudieron hacer más para salvarle la cabeza. No pudieron, no supieron, o no quisieron. En todo caso, decir que Gracia era el mejor técnico posible para el Cádiz es una chorrada injustificable.

¿Y es Víctor Espárrago el mejor entrenador posible para el Cádiz? Si miramos el palmarés la respuesta es afirmativa. Dirigió al Cádiz en la mejor temporada de su historia y consiguió un ascenso a Primera con una plantilla pensada para no bajar, en la que eran titulares futbolistas como Bezares, despreciado por Gracia incluso para Segunda B. Si además le acompaña Luis Soler, mucho mejor. Ya sería demasiado pedir que hubiera venido Lorenzo Buenaventura, que está triunfando en el Barcelona.

Los que decían que Espárrago era viejo hace seis años, lo verán ahora en la quinta de Matusalén. Por viejo sabe más que otros por tontos. A priori hubiera parecido que esta plantilla, en la que no escasean los futbolistas aplatanados, requería el carácter de un técnico como David Vidal, que ha afrontado situaciones semejantes en otros clubes y ha sacado partido a futbolistas del tipo de algunos que aquí no rinden. El perfil de Espárrago es diferente, y tiende más a la sabiduría de un técnico que en sus tiempos de futbolista jugó tres Mundiales y que, por tanto, puede dar cuantas lecciones precise a su plantilla. Lo lógico, lo normal, es que el Cádiz no descienda con Espárrago. Pero el uruguayo, siendo un excelente entrenador, no es Santa Rita de Casia, abogada de los imposibles. Lo cual significa que esta plantilla necesita además tres o cuatro fichajes de jerarquía.

Como Antonio Muñoz le ha visto las orejas al lobo, también sería bonito que volviera ya de una vez Lucas Lobos, o al menos un futbolista como él, alguien que sepa mover el balón con criterio. Aunque en el fútbol no cabe el romanticismo, el año del Centenario empieza con un retorno a los clásicos.

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