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Cada lunes

Pedro / Payán / Sotomayor

Recuerdos

EL pasado día 2 tuvo lugar una Solemne Eucaristía en San Lorenzo para conmemorar, como cada año, la Venida a Zaragoza de la Virgen del Pilar, organizada por su Archicofradía. En esta ocasión, además, se quiso hacer un emotivo y sencillo homenaje a todos los cofrades con más de 25 años de antigüedad en la citada Corporación. Yo fui uno de ellos. Todo un detalle que agradezco sinceramente y que provoca en mí muy gratos recuerdos. Mi memoria se va al año 1955 en que se fundó la Cofradía de las Penas en la citada Parroquia, para mí tan entrañable. Fueron sus fundadores, entre otros, mi tío Miguel Sotomayor y Santiago Moreno, el Sacristán, desde luego con el apoyo total del Párroco, el Padre Jiménez-Alfaro. Tenía yo por entonces 18 años, un jovencito al que incluyeron en la primera Junta de Gobierno con el cargo de consiliario, lo que hoy llamaríamos vocal. Guardo entre mis papeles de interés unas páginas en color sepia de un suplemento de este Diario y en una de ellas se incluye una foto en la que aparezco como miembro de la aludida Junta. Las Penas fue, de alguna manera, la Cofradía familiar, puesto que también pertenecieron a ella mi hermano Diego y mi primo Diego Sotomayor, entre otros miembros de la misma.

La Cofradía se puso en marcha en torno a una imagen, la de Jesús de las Penas, que esculpió el imaginero gaditano Miguel Láinez en su tallercito de la calle de la Rosa, teniendo como base otra escultura de David, con lo que curiosamente se cumplía lo señalado por las Escrituras de que Cristo era de la estirpe de David. Este Jesús era una imagen pequeña, de rostro dulce y dolorido, que incitaba a la devoción. Muy pronto contó con muchos devotos en la feligresía. Vinieron luego otros criterios que hicieron cambiar esta imagen por otra que es la que actualmente se venera. Pero muchas personas, me consta, yo entre ellas, echamos de menos la antigua con la que se fundó la Cofradía. Años después vino la Virgen de la Caridad y vino también la fusión con la antiquísima Archicofradía del Pilar. Y han venido años de esplendor en los que la Corporación cofradiera ha ido ganando en prestigio entre todas las de nuestra ciudad. Todo esto me alegra y animo a sus actuales responsables a seguir en la brecha.

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