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Tribuna

Purificación / González / De La Blanca / Ecologista

Rectificar es de sabios

Un conocido arquitecto de Cádiz, ex-Rey Mago, por más señas (dato bastante revelador de su ubicación) se lanza en descalificaciones contra los defensores del edificio de la Aduana, pidiendo que se aplique a rajatabla la legalidad vigente. Y en este punto lo apoyo.

Dice que hay quienes llevan sin venir a Cádiz más de diez años, y, aunque no entiendo mucho a quien se refiere, sin duda debe tratarse del Sr. Manterola, un navarro que, de la mano de un holding empresarial que está vampirizando a Cádiz y a su Bahía, desde hace tiempo, ha venido a darnos lecciones sobre el modelo de ciudad (para el coche, claro) y sobre la necesidad de abrirla al mar, como si no estuviese suficientemente abierta al mar, que la rodea por los cuatro costados. "Necesidad" tras la que se nos imponen obras faraónicas que, por supuesto, crearán nuevos problemas que, como el "mar de leva", irán engendrando nuevas obras. (¡Ay! ese dicho ecologista: "Obras faraónicas, comisiones astronómicas"ý)

Y continúa con que "cuando se va a desarrollar un proyecto importante en la ciudadý" Y tan importante, no me cabe duda: el derribo de la Aduana, la construcción de una torre que tapará las vistas desde la Cuesta de Las Calesas, un relleno de ¡50 hectáreas! de Bahía y una enorme superficie de parking (que se extenderá más allá de la Plaza de Sevilla, arrasando el arbolado de Canalejas, el de la Plaza de las Tortugas, y todo el que se encuentre en dirección hacia la Plaza de la Hispanidad) Cuantos millones de euros se van a embolsar algunos a costa de destruir Cádiz.

No somos cuatro gatos ignorantes quienes defendemos el emblemático edificio de la Aduana, ni pedimos la luna. No creo que los miembros de la Academia de Bellas Artes, ni los del Ateneo, ni el Decano del Colegio de Arquitectos, ni los directores de archivos y bibliotecas, ni las autoridades portuarias (anteriores y actuales), ni los historiadores y profesores de Universidad, ni la Confederación de Empresarios de Cádiz, ni las asociaciones de vecinos, las ecologistas, etc., ni las muchas e importantes personalidades e instituciones que defienden la Aduana, prácticamente desde todos los ámbitos de la ciudadanía, sean merecedoras de menosprecio. Todo lo contrario, son las voces que en un Ayuntamiento democrático están obligados a escuchar. Ya sucedió en Cádiz, con el Balneario de la Palma. Y en Granada con el Palacio de Los Córdova, derribado, y reconstruido muchos años después por presión de los granadinos.

Argumentar que el edificio es franquista, no se sostiene. ¿Qué hacemos con la Barriada de la Paz, la calle García Carrerasý y medio Cádiz?

Es verdad que las leyes están para respetarlas. Eso es lo que habrían debido hacer nuestras autoridades ante el importante yacimiento arqueológico que descubierto en la Plaza de San Antonio, en el que, entre otras cosas, apareció un tofet similar al de Cartago (que reporta grandes beneficios turísticos a esa ciudad). Pero, en lo que fue un monumental atropello a la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía, y una absoluta carencia de visión de futuro, fue destruido para hacer un parking. Futuro que le van robando a Cádiz poco a poco pero implacablemente.

Estoy de acuerdo. Respetemos la legalidad vigente, y, puesto que se han introducido modificaciones sustanciales en el proyecto que estuvo en exposición pública -en la que algunos presentamos sugerencias- (se ha añadido la estación de autobuses, se han modificado los usos del suelo, los volúmenes, etc.), comencemos de nuevo el procedimiento, porque eso es lo legal. Aunque probablemente sería mejor para todos rectificar y salvar la Aduana.

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