Urgente Afligidos suspende su salida este Jueves Santo en Cádiz

Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

EL plan anticrisis que el Gobierno pretende negociar a partir de hoy con los distintos grupos parlamentarios tiene cierta virtud de realismo desideologizado en los instrumentos y el defecto del idealismo bienintencionado en unos objetivos que se cuantifican arbitrariamente.

Es virtuoso que el Gobierno haya pasado de las musas al teatro. En vez de prometer un cambio de modelo productivo y la generación pronta de una economía sostenible -que ni se hacen por decreto ni se materializan en un rato-, Salgado ha propuesto medidas muy concretas, sencillas y tímidas, pero necesarias.

Se trata de aplicar rebajas fiscales a las obras de reforma y rehabilitación de viviendas, facilidades crediticias para pequeñas y medianas empresas, compromisos de pronto pago a los proveedores y recorte de los gastos de personal de ayuntamientos y comunidades autónomas (esto es lo más difícil). Responden a la urgencia de cortar la sangría del paro. Sin acometer esta tarea no será posible reactivar el consumo y, con él, el beneficio y la actividad empresarial. Suponen, por otra parte, un giro necesario sobre el "denostado sector del ladrillo" al que oportunamente se refería aquí el lunes Arturo Moya. No hace falta, y sería negativo, construir vivienda nueva en las condiciones en que se ha hinchado la burbuja inmobiliaria de los últimos años, pero sí interesa, conviene y es factible incentivar obras de reforma en las casas ya existentes, sobre todo en los cascos antiguos deteriorados. Mientras se gesta un nuevo modelo económico, que va para largo, no hay que cruzarse de brazos.

Estas iniciativas se benefician de la modestia fructífera del sentido común y, por eso mismo, allanan el camino hacia el acuerdo con la oposición. No hablo del gran pacto contra la crisis, que se puede descartar, sino de pactos parciales, menos pretenciosos, pero efectivos. El PP había presentado en noviembre una propuesta de incentivos fiscales a la rehabilitación de viviendas que el PSOE rechazó entonces. Ahora tendrá que apoyarla. De hecho, Rajoy anunció ayer que votaría "hoy mismo" estas medidas, que considera, por supuesto, insuficientes para la tanda de reformas estructurales (financiera, laboral, fiscal) que propugna. Lo mismo les pasará a otros grupos parlamentarios.

Lo más débil del documento gubernamental es, como siempre, la taumaturgia que lo acompaña, de la que Zapatero no se libera ni en sus momentos de mayor lucidez: con las medidas de primar la construcción se crearán 350.000 puestos de trabajo. ¿De dónde sale ese cálculo? ¿Qué duración tendrán esos empleos? Es inútil preguntar estas cosas. No hay manera de que este hombre, incluso cuando se pone razonable y acierta, deje de sacar un conejo de la chistera.

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