La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Realidad de los Reyes Magos

Los Reyes Magos y la Epifanía solo tienen sentido de realidad, no de amable engaño, para los creyentes

Cuando hace 101 años José María Izquierdo, Vicente Llorens y los señores ateneístas sacaron a la calle la primera, modestísima, Cabalgata, ¿estaban creando una mistificación para abusar de la credulidad de los niños? Cuando en los días pasados hemos ido comprando los regalos que mañana amanecerán junto a los zapatos, ¿estábamos urdiendo una mentira que, como todas, tarde o temprano será descubierta? Cuando esta noche llevemos a nuestros hijos a ver la Cabalgata y les señalemos a los Reyes Magos, ¿les estamos mintiendo? Cuando antes de acostarlos les ayudemos a poner el pan y el agua para los camellos, y un trozo de rosco y un vasito de aguardiente para los Reyes, ¿les estamos engañando? Cuando después, ya dormidos con ese sueño inquieto de la noche niña más hermosa del año, dispongamos los regalos en el salón, ¿estamos alimentando cruelmente una ilusión que se disolverá en un amargo desengaño?

De las respuestas que se den a estas preguntas depende que al irse haciendo adultos la palabra ilusión tenga para ellos solo la primera acepción que le da la RAE -algo sin verdadera realidad, sugerido por la imaginación o por el engaño de los sentidos- o también, y sobre todo, la segunda: esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo. Y que la palabra esperanza -tan presente y tan visible en Sevilla cuando se escribe con mayúscula- tenga, no su hermoso pero limitado sentido laico que presenta como alcanzable lo que se desea, sino su ilimitado sentido cristiano de virtud por la que se espera que Dios otorgue los bienes que ha prometido.

Porque esta noche de Reyes es la víspera de la Epifanía que mañana celebra la manifestación del Gran Poder de Dios, también tan presente y visible en Sevilla. Fuera de las creencias cristianas los Reyes pueden tener su frágil belleza de ilusión como engaño, pero dentro del cristianismo tienen la fuerza real de la ilusión como esperanza y de esta como promesa de cumplimiento cierto. Si esta noche se ponen regalos es en recuerdo de los presentes que los Magos ofrecieron al Dios niño. Los padres actúan por amor en representación, no suplantación, de aquellos sabios que fueron seres reales -San Mateo da noticia de ellos- y por eso viven entre los santos. Mañana conmemora la Iglesia su memoria. Esta es la realidad de lo que algunos toman por simpático engaño: los Reyes Magos existieron y, por lo tanto, existen, viven ante Dios.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios