Ramadán sin fecha fija

Si pusieran fechas fijas en las proximidades del Ramadán, serían ideales para resucitar las Fiestas Típicas en mayo

Con tantos debates religiosos ecuménicos como tenemos en la ciudad de Cádiz, siendo ya el mes de junio, hay que mencionar también el Ramadán. Este año comenzó el 27 de mayo y se prolongará hasta el 25 de junio. Al Ramadán de los musulmanes le pasa lo mismo que a la Pascua de los judíos y a la Cuaresma de los cristianos, que se vincula a la luna. En este caso, es el noveno mes del año lunar, según el calendario musulmán. Pero no tiene una fecha fija, si lo comparamos con nuestro calendario, que es el gregoriano católico romano, aunque también existe el juliano de los ortodoxos orientales. Ninguno coincide con el 28-F todos los años, para desgracia de María Romay y los comparsistas que le siguieron el mal rollo.

Por el contrario, al Ramadán, con el debido respeto, le aprecio una diferencia notable si se compara con nuestra Cuaresma. Y es que el Ramadán suele coincidir con nuestros meses de mayo y/o junio. Por lo cual, si pusieran unas fechas fijas carnavalescas, en las proximidades del Ramadán, serían ideales para resucitar las Fiestas Típicas Gaditanas, que eran un Carnaval en mayo. No sé cómo no se les ha ocurrido esta posibilidad para debatirla entre todos. Aún así, se debe reconocer que ni José León de Carranza ni Vicente del Moral eran musulmanes. Les coincidió por casualidad.

El Ramadán es como una Cuaresma. Lo más parecido que se conoce. Aparte de que no hay vía crucis, con otras dos diferencias importantes: 1) Que el Ramadán dura un mes y la Cuaresma 40 días; 2) Que los musulmanes cumplen los ritos establecidos y la mayoría de los cristianos se los pasan por el forro, o sustituyen la carne por el marisco, o si acaso por los garbanzos con espinacas. Y lo de olvidarse del sexo, no sé yo. En fin, que ellos son más estrictos. Ayunan todos los días, desde que sale el sol hasta el ocaso. En pleno Ramadán, sería imposible irse a ver chirigotas callejeras, y abstenerse del comercio y el bebercio y lo otro.

Por supuesto, es un ritual que hemos de respetar, desde las demás creencias. Por eso, me pareció mezquino (que suena como a mezquita) que se criticara al alcalde de Cádiz, José María González, cuando visitó a la comunidad musulmana con motivo del Ramadán. También visitó en la mañana del Jueves Santo al Nazareno y se hizo una foto junto al obispo Zornoza. Tanto lo uno, como lo otro, debería ser lo normal. Pues un alcalde lo es de todos los gaditanos, incluso de los ateos; pero no sólo de ellos. Y si les molesta, que beban agua, que para eso estamos en pleno Ramadán.

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