VERÁN, en esto consiste hacer política. Ante uno de los momentos más dramático de nuestra reciente historia, el presidente Mariano Rajoy recibe en Moncloa al líder de la oposición, Pedro Sánchez, y a los jefes de la democracia virtual, Albert Rivera y Pablo Iglesias, a pesar de que aún no han entrado en el Congreso. Esta semana recibirá a los otros líderes parlamentarios, los de IU, UPyD y Unió, Garzón, Herzog y Duran, lo que denota cierta improvisación por parte de Rajoy, ellos tendrían que haber sido consultados antes que los chicos cool. Pero la improvisación revela una rectificación sana, Rajoy comienza a hacer política; mientras en el Parlament y en el Govern, la locura ácrata de tanta raigambre en Cataluña hace estallar todos los resortes y la supuesta unidad, en España vamos de la ley a la ley en defensa del Estado. Rajoy estuvo a punto de erigirse en la única persona capaz de frenar la independencia - "mientras yo sea presidente..."-, de cometer el mismo error de Aznar tras los atentados del 11-M, de satanizar como independentistas a todos menos al PP, pero ha virado la estrategia hacia una posición de fair play democrático. A medida que España se muestre fuerte y unida -y no es España, sino el Estado-, la aventura secesionista se disipará y sí, Rajoy estará más cerca de ganar las elecciones, pero ganaremos todos.