NO es corriente oír hablar con tono de enfado al presidente del Gobierno. Pero sí lo ha hecho en la clausura del campus FAES, la fundación que preside el ex presidente Aznar, y no porque no se encontrara a gusto en el lugar o con la compañía, sino porque se defendía de las acusaciones que hacen algunos de que su Gobierno ha liquidado el modelo de Estado de bienestar y que considera "profundamente injustas". Así se le ha podido oír en Telecinco o en los vídeos grabados, ampliamente difundidos. Es verdad que Rajoy pocas veces pierde la calma y que se defiende cuando se le ataca o se discrepa con él, más con la ironía que con el exabrupto. Como coincidí con él en varios comités ejecutivos de la entonces Alianza Popular, a los que no faltaba nunca, pese a que entonces era vicepresidente del Gobierno gallego, he sido testigo de ello.
El Estado de bienestar es la consecuencia de un "Estado benefactor", que comienza a mediados del siglo pasado, por la experiencia de la crisis, consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Hoy todo el mundo sabe que el Estado de bienestar supone seguridad social y esto incluye las pensiones, la sanidad, el desempleo, la educación, la cultura y otros servicios públicos, para todos y no sólo para los trabajadores. Sin embargo, no todos saben qué es la seña de identidad de las democracias europeas más avanzadas y qué no lo es, aunque lo pretendan sus corifeos, de los regímenes más o menos totalitarios, de izquierdas.
Los argumentos de Rajoy para negar que su Gobierno ha liquidado el modelo de bienestar parecen fundados y su partido cuenta con el mayor número de diputados, senadores, parlamentarios autonómicos, alcaldes y concejales, además de cargos orgánicos, para repetir a la ciudadanía los que él dio en la clausura de Guadarrama. Tales son: que su Gobierno nunca ha bajado ni congelado las pensiones; que la sanidad es más universal que antes, porque ningún español está fuera del sistema y se atiende a los inmigrantes ilegales en condiciones iguales al que lo hace el mejor país de la UE; en cuanto a educación, quien gestiona, gasta e invierte son las comunidades autónomas; al Gobierno le corresponde la política de becas y, en la actualidad, se le dedica más dinero que nunca. También se atiende a más gente que antes en el sistema de dependencia, con reducción de la lista de espera. Para él, el mayor enemigo de las políticas sociales es la que genera desempleo y la que ocasione pérdida de recaudación y anuncia que dará la batalla contra una acusación que considera profundamente injusta.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios