Qui prodest

Los secretos que había en el móvil de Sánchez y en el de su ministra de Defensa son los verdaderos secretos de España

Ee lo atribuyen a Séneca, el político y filósofo cordobés nacido el 4 a. C: «cui prodest scelus, is fecit» ("aquel a quien aprovecha el crimen es quien lo ha cometido"). Más de dos mil años después, nos lo preguntamos muchas veces: Qui prodest. La última, en este embrollo de los independentistas catalanes. ¿Les beneficia que los hayan espiado por los procedimientos irregulares de Pegasus? Es que estábamos en esto, que los servicios de inteligencia españoles, obligados a cumplir sus estatutos y la Constitución española vigente, se habían colado subrepticiamente en los móviles de unas decenas de independentistas para conocer sus conversaciones, supuestamente delictivas y que perseguían la destrucción de la Nación y la ruptura de la unidad de España, núcleo del Estado de Derecho y la realidad constitucional vigente. Su salida en tromba, las amenazas a Pedro Sánchez por este hecho, qui prodest, materializadas en un voto negativo a una ley muy importante para la realidad actual de España, han pasado a segundo plano desde ayer, pues hemos sabido que nada menos que el presidente del Gobierno español y su ministra de Defensa, Margarita Robles, también han sido espiadas por este temible Pegasus que se infiltra secretamente en nuestros secretos y los guarda en algún escondrijo secreto para cuando sea necesario, o rentable, o demoledor. Lo de los independentistas, ante estas nuevas revelaciones, quedan en una risa, un chiste, un mamarracho. Lo son de hecho. Los secretos que había en el HD del móvil de Sánchez, y en el de su ministra de Defensa, son los verdaderos secretos de Estado y de España, lo de los independentistas no dejarían de ser los de esta tropa descarriada y traidora, suficientemente conocida y, por supuesto, juzgada y sentenciada en firme por sus crímenes. Alguien debe decir algo de inmediato, no puede quedar en el no sé qué que queda balbuciendo el que unos que no sabemos quiénes son, tengan, paisa, una manta llena de cosas para vender en el zoco al mejor postor, una manta llena con nuestras cosas más secretas y delicadas y peligrosas. En la que estarían interesadas nuestros amigos, nuestros enemigos y, en general, el que viera negocio en ello. Sí, el mal mayor empequeñece al mal menor. Es que si el Estado espiaba a los golpistas y más cosas catalanes, bien espiado estaban, mucho más con la firma del Juez pertinente, pero lo de fuera de lo de dentro, cómo decirlo, es otro desafuero con el que culpar al presidente, y a su ministra. Es que, verá usted, a usted no lo pueden espiar, tiene usted la obligación, presidente, de guardarse y taparse de todas las embestidas, por el qui prodest.

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