Cádiz es una ciudad tan atípica en su configuración que casi no tiene periferia. Apenas los barrios de Puntales y Cortadura pueden incluirse en este grupo. El primero lo ha estado siempre y tiene tras de sí una historia que ahora se intenta rescatar con todos los actos del Bicentenario. Pero la creación del barrio de Cortadura como tal es más reciente. La transformación que en las últimas décadas ha sufrido la entrada de la ciudad ha sido tal que al amparo de los solares de la cervecera, la cárcel o Telegrafía ha surgido un grupo de edificaciones que va tomando conciencia de barrio y que va exigiendo a los responsables municipales equipamientos de los que ya disfrutan otros barrios de la ciudad. Son las llamadas quejas vecinales, casi siempre ceñidas al día a día, al detalle, quejas que son muchas veces desoídas porque las grandes obras, esculturas y banderas las dejan en un injusto segundo plano.