Desde preferencia

José Joaquín León

Punto valioso y oportunidad perdida

SEGUIMOS abonados a las ocasiones perdidas. El Cádiz ganó un punto en Ceuta, que se puede considerar valiosos para sus aspiraciones de clasificarse entre los cuatro primeros. Pero el resultado se puede ver de otro modo: el Cádiz perdió dos puntos en Ceuta que hubieran aclarado su panorama, alejándolo a siete puntos del quinto clasificado y acercándolo más a los dos primeros. Una vez más, como en Murcia, el Cádiz tenía ventaja. Y una vez más no fue capaz de mantener el 0-1 en el tramo final del partido. Esta vez no le marcaron en el minuto 94, sino en el 82. Entre el partido de Murcia y el de Ceuta quedó un Cádiz que ya podría tener billete y medio para la fase de ascenso.

Este Cádiz es como es, tiene lo que tiene, juega como juega. Está entre los mejores del grupo IV por inercia y porque cuenta con futbolistas expertos, algunos demasiado. Pero también repite los errores por inercia. Y como el talento escasea, se debe aferrar a sus pocos recursos. Casi siempre hace lo mismo: preocupación por defender para no encajar goles y conseguir alguno en una jugada a balón parado. Marcar en una jugada trenzada y coherente parece misión imposible. En Ceuta se adelantó en la primera parte, gracias a un gol de Enrique, conseguido en una jugada de córner lanzado por Juanse. Una jugada de estrategia, que parece la única aportación ofensiva eficaz de este equipo. Y luego ¿qué pasó? Pues, que se desperdició la oportunidad de sentenciar. Tuvieron ocasiones, una muy clara justo antes de que marcara el Ceuta. Y, como dice una de las perogrulladas del fútbol, cuando se perdona se paga. Y, si eres el Cádiz, pagas seguro. No tiene perdón.

En Ceuta fue titular Moke, que se lo estaba ganando, en detrimento de Álvaro Jurado, que entró después por José Miguel Caballero. Son tres pivotes que basan su juego en la contención y en dar algún pelotazo en largo que nadie aprovecha, porque la mayoría de las veces es imposible. La táctica de aguantar y salir al contragolpe, con 0-1, puede ser buena si funciona. Lo malo es cuando no hay un referente arriba, porque Pachón nos hace añorar a Toedtli y no hay ningún mediapunta solvente. Así se pierden puntos que son esenciales para afianzar el objetivo de clasificarse entre los cuatro primeros.

El rival de ayer era un Ceuta en cuya plantilla hay varios jugadores que no ha querido el Cádiz, como Mansilla, Manolo Pérez y Javi Navarro, por no hablar ya de Ormazábal y Arriaga, que no jugaron. El Ceuta también va bien despachado de edad y veteranía. Era, pues, un enemigo ideal para haberlo dejado en la estacada, sin darle vidilla al final. Pero después de desperdiciar las ocasiones, el Ceuta empató. Cuando se juega con fuego algunas veces sale bien, pero lo normal es quemarse. Por eso el Cádiz no está más arriba.

Visto en plan optimista y resultadista, el punto es valioso. Permite mantener el tercer puesto. Se lo jugará el Cádiz en la próxima jornada, cuando reciba en Carranza al San Roque de Lepe, que es nuestro rival más directo en la clasificación. Que el Cádiz se juegue muchas de sus posibilidades, cara a cara, con el San Roque de Lepe nos recuerda la crueldad del destino, donde ha caído este equipo. Y la urgente necesidad de salir de ahí.

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