Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

LA crisis se va a llevar muchas cosas por delante. Pero hay instituciones como la banca, la industria farmacéutica o las tabacaleras que seguirán pujantes cuando pase el tsunami. En el primer capítulo está Zapatero. La popularidad del presidente del Gobierno se ha despeñado sin remedio; el PP se ha escapado a más de diez puntos de distancia en las encuestas y roza la mayoría absoluta en unas eventuales elecciones. El último sondeo, ayer en El País, nos dice que un 70% de los votantes socialistas tienen poca o ninguna confianza en Zapatero, y que Rajoy le aventaja ya en valoración, aunque los dos suspendan. La gente quiere un nuevo Gobierno, que dé una mínima seguridad y confianza, pero no quiere elecciones. Esto concede un mínimo margen al presidente, que ya ha agotado casi todos los fusibles de su maquinaria gubernamental.

Elecciones es lo que está pidiendo a gritos, presa de una cierta ansiedad, el líder del PP, que el viernes en Viator (Almería) insinuó que a las cuentas públicas de España puede pasarles lo que a las griegas o húngaras. Rajoy quiere ir a las urnas con el argumento de darle esperanza al país, pero quizá convendría que fuese más cauto en este tipo de manifestaciones y más atrevido en otras: podría ofrecer un adelanto de lo que haría si gobernase. Por ejemplo, dónde, qué y cuánto recortaría en el gasto público. Porque todavía no ha soltado prenda, el hombre, convencido de que puede ganar sin comprometerse en exceso.

Pero la transparencia no es la principal virtud de esta época. Una revista médica acaba de denunciar que la Organización Mundial de la Salud ocultó que varios de los 16 miembros de su comité de emergencia para la gripe A tenían vínculos financieros con los dos laboratorios que fabrican las vacunas. El problema es que los componentes de ese comité son secretos. Secretos para el gran público, pero no para las multinacionales farmacéuticas Roche o Glaxo. Total que se vendieron con la alerta mundial retrovirales por valor de casi 5.000 millones de euros. En Europa occidental, 179 millones de dosis, y en España 13 millones de vacunas, de las que sólo se usaron dos millones. Además de recortar el gasto ordinario, es evidente que evitar despilfarros ocasionales ayudaría a ahorrar. No sólo los bancos van a escapar de rositas de la crisis.

Las tabaqueras están en pie de guerra contra los planes del Gobierno de ampliar la ley antitabaco de 2005, para que no se pueda fumar en ningún lugar público cerrado a partir de enero. Tienen mil millones de clientes en el mundo y, como todo negocio que se precie, lo que pretenden es ampliarlos, no arriesgarse a recortar el consumo. Y aquí andan, en contra de una reforma imprescindible para la salud de los fumadores (y quienes les rodean), que son un tercio de la población española. En tiempos de crisis, estos pulsos son más dramáticos.

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