La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Puigdemont: qué gran triunfo

El tribunal alemán también dice que "es evidente" la malversación en el referéndum y que no hay presos políticos

Lo venden como un triunfo histórico sobre la mentira del Estado (español), pero la decisión del tribunal alemán de no entregar al ex president Puigdemont a nuestro Tribunal Supremo para que lo juzgue por rebelión no es como para que el independentismo se ponga a tirar cohetes.

A ver. El tribunal del estado impronunciable no ha visto suficiente violencia en los acontecimientos del 1 de octubre como para asumir que hubo una rebelión contra la Constitución española y tampoco considera que Carles Puigdemont pretendiera entonces a secesión de Cataluña (Que Dios les conserve la vista: ¡la secesión la proclamó él mismo en el Parlament!), pero se muestra a favor de extraditar al Autodesterrado por encontrar evidencias de que cometió un delito de malversación.

"Es evidente que el acusado quiso pagar con el presupuesto público los costes inherentes a la celebración del referéndum", subraya la sentencia alemana, concluyendo que el ex president incurrió en esa forma de corrupción política y que puede y debe ser juzgado por ella en España. También estima "fuera de lugar" la idea de que el Estado español esté persiguiendo penalmente a los secesionistas por sus convicciones políticas. Esta sí que es una de las grandes mentiras del independentismo que, además, cae por su peso: más de la mitad de los diputados del Parlament son independentistas, todo el Govern al completo lo es, y nadie les persigue por ello. La docena y media que están procesados no lo están por sus ideas, sino porque quisieron imponerlas por la fuerza, pasando por encima de la ley al convocar un referéndum sin facultad para hacerlo y pisoteando los derechos de la mitad, al menos, de sus conciudadanos.

¿De qué se ríen, pues, los siempre indignados separatistas? ¿Por qué celebran tanto el dictamen del tribunal alemán? Hombre, pues porque ha demolido la estrategia judicial de España y cerrado la vía para enjuiciar a Puigdemont por rebelión. Pero, insisto, autorizando a que se le juzgue aquí por malversación (hasta 12 años de cárcel le podrían caer). De modo que el panorama que tiene ante sí es: o se viene con sólo la malversación a cuestas, como admite el apaciguador Pedro Sánchez, o el juez instructor acude al Tribunal UE de Justicia de la UE y prolonga el exilio de Puigdemont o retira la euroorden y lo deja expuesto a ser detenido si vuelve a España. En fin, que seguirá huido y cada vez más insignificante en Cataluña. Qué gran triunfo, ¿no?

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