Este es el monumento más genuino y representativo de Cádiz. Así lo presenta Ricardo Moreno Criado en su libro, que editó la Caja de Ahorros de Cádiz, señalando que "sigue siendo aún el único camino terrestre para la entrada y la salida de la ciudad", sucediendo a lo que se llamó Puerta del Muro y en tiempos pretéritos, como señala el mismo autor en el prologo de su obra, "desde que la población comenzó a ser rodeada de murallas, para su seguridad y defensa… ha sido a través de los años un centinela firme y seguro de la tranquilidad de la población que habitaba dentro del recinto amurallado".

Aquí es muy frecuente llamarla "las Puertas de Tierra" en plural, porque en casi toda su historia no fue una puerta única sino que incluso en ocasiones fueron tres las puertas. En la foto que es portada del libro editado se aprecia con detalle su estructura con una fachada y una puerta muy hermosa, en la que sobresale un escudo de grandes dimensiones, esculpido en piedra, situado sobre el ático de la cornisa. Las fotos del libro nos indican que fueron, como queda dicho, hasta tres puertas. Estaban en servicio continuo, por ser el único acceso a la ciudad y la única salida al exterior. Dice el autor de la obra que no se puede fijar la fecha de construcción pero, según la referencia de los historiadores, se franqueaba por ella la entrada y salida de la ciudad. Pero debido a las malas condiciones de las puertas de seguridad, a mediados del siglo XVI la ciudad se veía constantemente amenazada por los ataques de piratas y corsarios. Fue en 1528 cuando se abrió una nueva puerta en la muralla del Frente de Tierra, que había sustituido a la antigua puerta del muro que se encontraba casi demolida en esa fecha.

Es curioso, por su condición de excepcional, la aportación para la construcción de un lienzo de muralla de 3.500 pies, que hizo la ciudad de Sevilla. Recuerdo haber viajado en el tranvía por debajo de la puerta principal para ir al colegio de San Felipe Neri y muchos gaditanos habrán vivido esta misma experiencia.

En 1742 se suscitó una polémica respecto al número de puertas que debía de tener el Frente de Tierra, en 1751 se encargó al ingeniero José Bermola la confección de dos puertas y en 1756 terminaron su obra, con la apariencia que conserva al día de hoy. Podemos decir que se trata del monumento menos citado de Cádiz, pese a su grandiosidad, al que la ciudad debe mucho por su intervención en el maremoto, disminuyendo los daños.