Cádiz es una ciudad prostática. Llegué a esa conclusión el día de la presentación del libro de Mon del Río en el Casino Gaditano. El más joven de los asistentes tenía 50 años y el local estaba hasta los topes. Se cierran colegios cada curso, se reducen las aulas, se restringen los conciertos educativos (pobres papás, que no se van a poder deducir en la renta lo que le pagan a los curas y a las monjas por sus niños. Snif), la edad media de la ciudad crece sin parar mientras los jóvenes se marchan por los dos puentes , unas veces a poblaciones del entorno y otras a Madrid, Sevilla, Barcelona o Londres. En cambio prosperan las residencias de ancianos, los centros para la tercera edad, los tanatorios, los centros de día para atender a personas con diversas dolencias crónicas , asociaciones de alzheimer. Cada día hay más clínicas, más centros médicos, más consultas, más farmacias, más dentistas. Cádiz se convierte en un balneario donde solo vuelven los jubiletas. En cambio la Marea de Pensionistas, con sus chalecos amarillos, no pierde vigor. Debe ser que la gente se jubila muy pronto y se ven en sus casas sin nada que hacer así que , parafraseando a Javier Krahe ¿Cuándo todo da lo mismo por qué no hacer mareísmo? Unos jubiletas van a jugar al dominó, otros a tomar el sol al Campo del Sur, algunos a andar por el perímetro de la ciudad y otros a protestar no importa mucho el motivo. Como aquella famosa frase, vuelta del revés: vamos a protestar, algo habrán hecho" ¿Piove? Porco gobern", que dicen los italianos. No vuelve Pakito ni vuelve nadie, los jóvenes se van para volver en verano y en carnaval mientras que los de la Marea de Pensionistas se hacen cargo de nuestras calles con sus andadores , sus pañales y sus megáfonos. En este ambiente decrépito y prostático no entiendo lo pronto que Arturo Fernández ha desistido de venir al Falla. Al fin y al cabo la mayoría de la población gaditana es de su quinta. No hay nadie que no sepa quién es el famoso actor porque todos hemos crecido con él, aunque no todos envejecemos como él. Llenaría el Falla los días que representase, como le ocurre a Raphael, otro de la misma quinta que ya cantaba" Yo soy aquel" cuando llegó a Cádiz el primer fenicio. El cantante de Linares reventó el Teatro Falla todos los días que actuó y en verano amenaza con volver, esta vez a los conciertos de Sancti Petri. Que Arturo Fernández que no se ponga exquisito, da igual que gobierno Podemos. Nos lo debe a todos los carcamales de Cádiz, que somos mayoría.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios