Procesión de rogativas en Cádiz

Todo será 'histórico', como se suele decir con lo infrecuente o excepcional. Merece algunas reflexiones para entenderlo bien

Con permiso de la autoridad, y si el tiempo no lo impide, hoy se celebrará una función solemne en la Catedral gaditana (por la mañana), y una procesión extraordinaria (por la tarde), en la que saldrán Jesús Nazareno, Regidor Perpetuo de la ciudad, y la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz. Irán juntos desde la Catedral a Santo Domingo, en un itinerario común, para después seguir el Nazareno hasta su templo, atravesando el barrio de Santa María y pasando ante la antigua Cárcel Real (hoy Casa de Iberoamérica), donde habrá cantes flamencos, no de los presos (que no están recluidos en ese edificio desde 1966), sino de jóvenes cantaores del barrio. Todo será histórico, como se suele decir con lo infrecuente o excepcional. Merece algunas reflexiones para entenderlo bien.

Con permiso de la autoridad, decía al principio. El permiso lo han dado la autoridad eclesiástica y la civil. No sería raro, si no hubiera criterios disparejos. La autoridad eclesiástica en Andalucía está dando pares y nones. En Sevilla han permitido dos procesiones extraordinarias: la del domingo de la Candelaria por su Centenario, y la de ayer de la Virgen de los Reyes, por el 75 aniversario de su Patronazgo. Las dos, por efemérides. Sin embargo, se lo han prohibido "por la pandemia" a la Virgen de Gracia, patrona de Carmona, y en otros pueblos. Esa disparidad de criterios se ha justificado para evitar una avalancha de procesiones por la pandemia. En Cádiz, el Obispado ha dado luz verde sin problemas.

En cuanto a la autoridad civil, recuerden que la Junta ha dejado la autorización de eventos masivos a criterio de los ayuntamientos. Ha sido autorizado por el equipo de gobierno de Kichi, el mismo que ha aplazado el Carnaval por la pandemia, aunque se supone que permitirá las fiestas callejeras en febrero. Esa disparidad tampoco se debe a un criterio coherente, ni bien razonado.

El concepto de la procesión de hoy en Cádiz debe ser el de una rogativa por el fin de la pandemia. Es lo que hacían en siglos pasados, cuando sufrían las epidemias de peste y otras enfermedades. Desde el criterio médico, las rogativas quizá contagiaban más la enfermedad, aunque de todos modos se iba a propagar. Aportaban consuelo espiritual. A veces resultaron milagrosas.

Y siempre se pueden dar gracias a Dios, porque vivir cada día ya es un milagro de por sí. Pero no se debería decir que se organiza "en acción de gracias" por la protección en la pandemia. Ciertamente, gracias a Dios y a las vacunas, estamos mejor que hace un año, en cuanto a muertes y casos graves, pero la pandemia no ha terminado todavía.

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