Cuarto de Muestras

Preferia

Para crear ambiente hago como La Pantoja y me pongo a cantar canciones con mensaje e intención

Todos los años, días antes de que comience la Feria de Jerez, mi marido pronuncia sus rituales palabras: "Yo este año no tengo muchas ganas de feria". Lo normal sería decirle que como todos los años, pero no, a mí me gusta darle la razón, acompañarle en todos los sentimientos posibles. Me quedo callada un instante y, acto seguido le contesto: no, si yo tampoco tengo muchas ganas. Y es que nunca tenemos ganas de feria antes de la feria. Somos en eso lo que se llama un matrimonio bien avenido.

El caso es que pasado un rato no tengo más remedio que mandar el primer mensaje subliminal porque al amor verdadero le sobran las palabras. Me subo entonces a la escalera y de los altillos de los armarios saco los trajes de gitana y los dejo caer arrugados y en bulto sobre una cama. Él hace cómo que no ve ese torbellino de colores y sigue a sus rutinas y afanes. Vuelvo al ataque y reparto por sillas y sillones del salón los mantoncillos para que se aireen. Cada uno a lo nuestro, él sigue ajeno a ese desvalijamiento del baúl de la Piquer en que se ha convertido la casa porque no hay más ciego que el que no quiere ver.

El momento más delicado es cuando voy sacando de cajas y cajitas los collares, los pendientes de coral y la sombrerera en la que guardo las flores para el pelo y la bolsita de las horquillas. Pensará mi marido que por qué ni Rocío Jurado ni Lola Flores han conseguido tener un museo cuando su mujer sin llegar a ser folklórica más que en su carácter tiene ese arsenal de trajes y abalorios.

Para crear ambiente hago como La Pantoja y me pongo a cantar canciones con mensaje e intención porque una tiene el alma de tonadillera. Canturreo Torre de Arena, Ay pena, penita, y otras de igual intensidad pero el momento álgido llega cuando canto por Gracia Montes Soy una Feria y su "Me estas constantemente avasallando/ no cantes, no te rías, ponte seria/y siempre terminamos tarifando/ Pues yo, quieras o no, soy una feria/soy una feria, soy una feria, soy una feria".

A la hora de la comida el cuerpo me pide hacer tortilla de patatas y pimientos fritos, que es comida como saben muy de feria. Pero en ese momento es mi marido quien toma la iniciativa y me dice en tono socarrón, vamos a tomarnos un caldo que estoy un poco mareado de tanta preferia. Preparo entonces dos tazas con su hojita de hierbabuena y nos las tomamos como un bálsamo. Ya tenemos el cuerpo hecho para lo que venga.

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