El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

EN Cádiz gusta una cola, hasta para recibir bofetás. Si hay un grupo en cola, el que pase se suma, no vaya a ser que regalen algo y se lo pueda perder. El personal se salta la distancia de seguridad de dos metros a la hora de hacer cola como si estuviera justificado no cumplir las recomendaciones sanitarias porque la cola es un bien mayor frente al riesgo de contagio. Este fin de semana se han formado colas en medio del campo. Antes la gente iba a la Sierra para oír los pajaritos, ver los arbolitos y caminar los senderos en soledad "qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido". Ahora para hacer la ruta del Majaceite hay que sacar número, como el que va a la frutería. Lo curioso es que nadie se daba la vuelta, se colocaban en orden para bajar junto al río como el que va a Shangri-Lá en busca de la fuente de la eterna juventud o a El Dorado para encontrar riquezas sin cuento. No hay manera de mantenerse alejado del personal, debe ser que eso de la inmunidad de rebaño tiene más de esto último que de lo primero a la vista está, somos mulos de reata. Siempre me ha sorprendido que la gente fuese a la playa que estaba masificada a todas horas, donde no queda más remedio que escuchar las conversaciones del de al lado, recibir balonazos de los niños de los vecinos, soportar las colillas y las pepitas de sandía en la arena, este año tener que soportar a los salvajes surferos que aterrorizaban Santa María del Mar ante la indiferencia de los Vigilantes de la Playa del PP y de los policías locales gaditanos. Nunca le vi la gracia a los tumultos que se forman en la Semana Santa, creía yo, en mi ingenuidad, que las procesiones eran una manifestación religiosa no un espectáculo gratuito, ya sabemos que en Cádiz somos "de lo que no cuesta, llena la cesta". La inconsciencia juvenil me llevó hace cerca de 40 años a hacer cola para comprar entradas para el Falla, incluso he visto cosas que no podríais imaginar, vi partirse la cara a un conocido hostelero de la ciudad con un vendedor de pipas por un quítame el puesto que llevo aquí no sé cuántas horas, a candidatos a la alcaldía de Cádiz repartiendo número en la cola. En cuanto pasé esa enajenación juvenil decidí que no hacía cola ni para ver al Atleti, así que me resulta difícil comprender que se hagan para caminar por el monte como el que pasea por la calle Ancha en carnaval. Está la cosa que no debería haber ni siquiera bullas donde los arrimateguis aprovechaban para desarrollar su afición.. Como no hay mal que por bien no venga la Junta ha prohibido Jalogüín para evitar aglomeraciones . Ha hecho falta una pandemia para que alguien vea lo mamarracho que es semejante americanada, igual es cosa de Vox. ¡Viva el Tenorio desde casa!

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