Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Playistas del mundo, uníos

En lugar de avanzar en higiene y prestación de servicios, vamos al ejercicio de democratización del sudor

Hasta hace dos días llevábamos el verano de categoría internacional: todos los días poniente , el fresco suficiente para descartar la playa salvo los jartibles con niños, las mujeres que toman el sol y los fanáticos de los chiringuitos, que hay de todo en la Viña del Señor, como se decía antiguamente. El Cruzado Don Romualdo y sus huestes miraban todos los días el pronóstico del tiempo a la espera de que llegase el calor, la calor, los calores o las calores, según la división que hicieron en su día los hermanos Álvarez Quintero, lo que fuera con tal de poder ir a tirar colillas a la arena, ensuciar las playas y luego echarle la culpa al Ayuntamiento: lo habitual en la esencia gaditana. Hay pruebas reiteradas de lo guarros que son los usuarios y los vendedores del Piojito, que dejan el paseo de la Bahía y las aguas aledañas como un estercolero. Hasta hace poco lo único que nos llamaba la atención de las playas eran las medusas y las carabelas portuguesas, hasta que alguien nos ha mostrado la cantidad de colillas que tiran a la arena los usuarios . Ha tenido que ser un grupo de voluntarios quienes nos muestren lo sucia que es la gente al fotografiar la cantidad de colillas retiradas de la arena en Santa María del Mar. Pensábamos que solo ensuciaban las calles los carnavaleros, los capillitas y los que hacen botellón pero hemos visto que también los playistas son unos guarros con lo que debe ser extensible al conjunto de la ciudadanía de Cádiz. La respuesta municipal a la guarrería playera fue municipalizar los servicios que allí se prestan con el resultado de que da lo mismo si es una empresa pública o una privada, si los trabajadores son laborales fijos discontinuos o son empleados municipales. Da igual mientras los usuarios tiren a la arena todo tipo de desperdicios.

No sé como a nadie le puede gustar ir a andar o tumbarse sobre un lugar donde la gente ha hecho todo tipo de guarradas. Para mí es un asco muy grande. Es como bañarse en una piscina donde previamente ha meado alguien, por decir algo veraniego también, o beberse una cerveza en un vaso sucio, por citar el caso clásico de Los Cruzados hace 37 años. En lugar de avanzar en higiene y prestación de servicios vamos a la masificación, el ejercicio de democratización del sudor, el calor, la suciedad, el ruido y todo lo que supone la playa. El que lo coja paél. Mientras el que quiere acabar con las colillas ensucia las paredes de la ciudad en lugar de irse a jugar al dominó al Hogar del Pensionista ¿OK?

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