La hache intercalada

PILAR / PAZ / PASAMAR

Platero centenario

Este año se cumplen los cien años de edición de Platero y yo, la hermosa creación de Juan Ramón Jiménez basada en su relación con su burrito Platero, tan tierno y suave que le daba la impresión de que éste carecía de huesos.

Bajo un pino onubense, éstos se habrán convertido en pura ceniza, pero "ceniza enamorada" como pronosticaría el gran Don Francisco de Quevedo que reposaría su osamenta.

Tienen razón los que opinan que Platero y yo, el libro del poeta andaluz y universal, no es para niños, no podrían éstos reparar en la denuncia social que a través de la ternura sostiene el tema.

Es a través de aquella por la que el autor de la obra nos presenta la situación límite y desdichada de una zona andaluza donde un niño se alegra de estar disfrazado de niño rico accidentalmente, y lo grita gozoso.

Poema que no figura, por supuesto, en el libro que cito pero en él se refleja erguida la lanza que Juan Ramón quebraba ante la injusticia. La denuncia social que el borriquillo, hoy centenario, portaba en sus lomos, dejó reflejada la mirada atenta de su amo, pero no es aprovechable por los pequeños lectores, aunque fuese escrito desde el más diáfano lenguaje.

Los primeros comentarios sobre esta obra juanramoniana los debo al poeta y escritor Antonio Bocanegra, académico de la Real Academia de San Fernando. Con sus libros sobre el inacabable tema de Juan Ramón, nos transmite a través de sus palabras y calienta la temperatura interior de esta obra inefable.

Esperemos que, en su centenario, el libro de Platero aporte a muchos lo mismo, desde su siglo cumplido.

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