Plataformas para todos

Cada plataforma gaditana lleva en sí misma su contrario. Es como el 'ying' y el 'yang'

Cádiz es una ciudad difícil, porque no es como las demás. En las otras, los vecinos se suelen unir por objetivos importantes para su futuro, tendentes a mejorar las condiciones de vida y con proyectos definidos. Por el contrario, en Cádiz las plataformas se suelen constituir (en un porcentaje curioso) para fastidiar a los señores y señoras que han creado otras plataformas. De modo que la segunda plataforma se constituye contra la primera, y la primera se rebrinca contra la segunda. Y al final no se hace nada, y la vida sigue igual, por supuesto. Pero ¿y la alegría que eso genera? ¿Y las declaraciones? ¿Y el protagonismo efímero? Así vamos.

El caso de la Aduana es uno más. Se sabe que la Aduana no se derribará. Por dos motivos: uno, porque la demolición cuesta dinero y trabajo; y otro, porque el Ayuntamiento debería construir un edificio nuevo en compensación, dándose la circunstancia de que en Cádiz no hay dinero ni construyen nada. Aparte de que la Junta de Andalucía debería explicar lo inexplicable.

La plataforma para salvar la Aduana ya existía y no se ha desintegrado, al menos mientras puedan defenderla Moncho Pérez Díaz-Alersi y el arquitecto José María Esteban, que tiene el título igual que los otros arquitectos a los que no les gusta, pero a él sí. Por el contrario, no entiendo para qué apoya IU la plataforma del derribo. ¿Acaso piensa Martín Vila pagar el derribo y la nueva Aduana? Ahí se han metido también algunos ecologistas, pero no todos, pues la mayoría de los que se conocen estaban antes por salvarlo y hasta firmaron.

En cuanto a los arquitectos que se han integrado, tienen el problema de que hoy en día todo el mundo opina de arquitectura. Es normal, pues si dos policías locales aspiran a dirigir Onda Cádiz, sin ser periodistas ni nada parecido, puede pasar que un locutor termine poniendo multas, o cualquiera se apunte a derribar la Aduana. Un prestigioso estudio critica el edificio, pero a la Academia de Bellas Artes le encanta.

Cada plataforma gaditana lleva en sí misma su contrario. Es como el ying y el yang. La fuerza de los opuestos. Salvación o destrucción. Que se vea la fachada de la estación, o que no se vea... Y, mientras, lo verdaderamente importante y urgente (que es construir la nueva avenida de los Astilleros hasta el puente, y terminar la Transversal) sigue pendiente. Como la Revolución. Algunos confunden la Revolución con las plataformas, y creen que derribando la Aduana serían como Fidel Castro en el asalto al Cuartel Moncada. No es para tanto.

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