Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Plaquismo gaditano

Me parece mal que se retirase la placa dedicada a Carranza. No había referencia al régimen franquista

Una ciudad es un libro de historia. Su nomenclátor, sus calles, sus edificios, los restos que pueda conservar, todo recuerda al pasado. Y por supuesto en el pasado hay páginas excelsas y otras indignas, pero al fin y al cabo no se pueden arrancar páginas al libro. Guste más o menos hay que aplicar la Ley de Memoria Histórica, que para eso está en vigor, además de que en mi modesta opinión está bien retirar de las calles los símbolos franquistas y los de quienes promovieron el asesinato de personas. Digo más, creo que es fenomenal que se recuerde a represaliados por el franquismo hasta el punto de que me parece una gran idea de Carmen Morillo poner un Muro del Honor en los fosos de las Puertas de Tierra con los nombres de todos los que perdieron la vida o sufrieron represalias por sus ideas, la mayoría incluidos en el anexo del excelente libro de Alicia Domínguez "El verano que trajo un largo invierno". Me parece bien la placa descubierta en el Ayuntamiento con los concejales asesinados por quienes se alzaron contra la legalidad republicana. Ítem más: creo que sería menester poner en la Diputación algo que recuerde que en ese edificio se resistió a los militares felones el 18 de julio del 36 y en el Casino, que ahora va a gestionar el Ayuntamiento, otra que diga que la Falange estableció allí su sede y en sus dependencias se torturó a muchos gaditanos.

Dicho todo lo anterior: me parece mal que se retirase la placa dedicada al alcalde José León de Carranza. No había ni una sola referencia al régimen franquista, aparte de tener el valor artístico del que la hizo, el escultor Vasallo. Vale que José León de Carranza fuera un golpista que participó en la intentona de Sanjurjo y luego fue un activo defensor del régimen franquista, que fue nombrado alcalde por designación del gobierno de Franco. Pero no me parecen motivos suficientes para quitar la placa. Habría que revisar la vida entera de Sagasta, de Canalejas o si el rey Argantonio hacía sacrificios humanos. No se sabe si Mattan se cargó a alguien , si Balbo fue un corrupto que mandó matar a gente o si alguien se dedicó al tráfico de esclavos. ¿Dónde ponemos el límite? Me pareció que la retirada del busto de la escritora gaditana Mercedes Formica fue un ejercicio de ignorancia iniciativa de algún/a analfabeto/a, lo mismo que si alguien decide retirar el nombre del dramaturgo José María Pemán del Teatro de Verano. En todo caso, es la primera vez en la historia de Cádiz que en lugar de poner una placa , se quita. Todo un hito .

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