Pisos en el Cerro del Moro

Este barrio fue un ejemplo de la política social de vivienda en Cádiz, que en los últimos años se ha venido abajo

Por fin, en plena campaña electoral, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Cádiz han firmado el acuerdo para las dos últimas fases de viviendas del Cerro del Moro. En las décadas de los 70 y los 80 del siglo pasado, estaba considerado como el barrio más marginal de Cádiz. Ahí empezaron las gestiones para rehabilitar unos edificios degradados y en pésimas condiciones, a la vez que se empezó a extender su leyenda negra. Decían que el Cerro del Moro era un nido de drogadictos y un barrio inseguro. Una exageración injustísima. Ni siquiera en sus peores tiempos ha sido un gueto comparable con algunos barrios conflicitivos de Sevilla; ni tampoco como otros barrios marginales de Jerez o El Puerto.

Había hacinamiento y viviendas indignas. Había droga, como en otros barrios de Cádiz, incluidos los más típicos del casco antiguo (Santa María, La Viña, San Juan o El Pópulo). No olviden que en aquel tiempo la vía del tren establecía un muro entre los barrios marginales y la civilización. Eso se alivió con las obras del soterrramiento de la vía y la reurbanización posterior.

En el Cerro realizó una gran labor Jesús Maeztu, actual Defensor del Pueblo, que llegó de párroco en 1969 y aglutinó a los vecinos. El Ayuntamiento de Carlos Díaz y la Junta alcanzaron un acuerdo, a principios de los 90, para rehabilitar el barrio con la construcción de más de 500 viviendas que debían estar terminadas en 2004. Todavía faltan la séptima y la octava fase. Según el acuerdo firmado ahora, la Junta construirá un edificio cuyo número de pisos es intuitivo: hace dos semanas eran 67 y ahora podrían ser hasta 73. La realidad fue que en las tres primeras fases, construidas por el Ayuntamiento, se entregaron 306 viviendas, y en las tres fases siguientes, a cargo de la Junta, 174 viviendas. Algunas iniciadas en tiempos de Carlos Díaz fueron entregadas por Teófila Martínez, que después continuó con ese compromiso heredado.

El Cerro del Moro no es hoy marginal, ni un territorio lumpen. Pero tampoco es Beverly Hills, por supuesto. Padecen el mismo problema de casi todos los barrios de Cádiz, que es el paro y la falta de empleos estables y bien remunerados, además del envejecimiento, y lo que ahora se conoce como la fuga del talento; es decir, la huida de los jóvenes que buscan una vida mejor.

Este barrio fue un ejemplo de la política social de vivienda en Cádiz, que en los últimos años se ha venido abajo. Esperemos que la Junta cumpla y termine las dos últimas fases que vuelve a anunciar.

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