DICE en uno de sus ensayos el pensador alemán Buchner: "La revolución social aún no ha terminado, quien hace una revolución a medias, se cava su propia tumba".

El pensamiento anterior nos viene como anillo al dedo a nosotros los portuenses, pues estamos acostumbrados y forma parte de nuestro carácter, no interesarnos por nuestras cosas públicas, dejar a medias nuestra colaboración en cualquier organización donde haya que meter el codo por la mejora de nuestra ciudad y abandonar a las primeras de cambio con cualquier pretexto baladí. Pero eso sí, le damos a la lengua de lo lindo para justificarnos. Como ejemplo de lo que estamos diciendo tenemos dos casos muy recientes que merece la pena citar aquí y que son muy ilustrativos: Nos referimos a la venta de Apemsa y al reciente traslado a Jerez de la sala de segundas ventas de la lonja de nuestro muelle pesquero que no ha movilizado a nadie ¿Dónde se ha visto una lonja pesquera en un pueblo agrícola y de secano? Esto clama al cielo y no hemos movido un dedo en defensa de nuestros intereses. Ni nosotros, ni nuestra clase política.

Estoy harto de soportar críticas y críticas y que la gente no haga nada en defensa de esta preciosa y pequeña ciudad. Necesitamos un espacio de regeneración ciudadana para hacer de El Puerto lo que siempre fue: Un pueblo lleno de recursos y representante de una época dorada de nuestra historia y de la historia de España. Fue el puerto de mar más importante de la costa atlántico-andaluza y ahora los políticos de la Junta, hacen con nosotros lo que quieren. Somos para ellos la última mierda que cagó la Trini y nos engañan y juegan con nosotros como con el tema de las cinco mil viviendas de la Florida que iba a financiar la Junta y que ha destrozado las ilusiones de cientos de familias. El futuro alcalde de El Puerto ha de ser una persona lo menos política posible, a costa de jugarse el puesto cada día en defensa de su ciudad y no de su partido político, si tiene lo que hay que tener y dejarse de politiqueos. Estamos hartos en nuestra ciudad de tanto político inútil. Vienen las elecciones. Seamos consecuentes y no escuchemos cantos de sirenas.