Yo te digo mi verdad

Pemán y la Historia

Hacer desaparecer su memoria es imposible, siempre habrá un lugar para él en los libros, por mínimo que sea

QUIZÁ no haya que rebuscar mucho en las intenciones o delirios que han llevado al Ayuntamiento de Cádiz a retirar la placa conmemorativa en la fachada de la casa natal de Pemán. Quizá convendría fijarse en el corto y elocuente texto que figura en la misma junto a los relieves del gran escultor Vasallo. Sobre todo, al final, en la institución que firma la dedicatoria: "El Ayuntamiento de MCMXXXIX", es decir, para los que sepan leer los números romanos, la corporación municipal de 1939, la misma que se elevó al poder gracias a un golpe de Estado fascista y que se sentaba en los sillones consistoriales que pocos meses antes ocuparan concejales democráticamente elegidos, desalojados por la fuerza y fusilados.

Obviemos la rimbombancia de llamar al poeta, dramaturgo y periodista gaditano "excelso cantor de la raza hispana", afirmación discutible y sujeta a gustos en lo de "excelso" y totalmente falsa en el hecho de que haya existido nunca una "raza hispana" en una España que es uno de los ejemplos más claros de Estado mezcla de etnias, culturas, invasiones y expulsiones. Sin embargo esta ensoñación racial era una de las características más señaladas del régimen que inició y perpetuó hasta su muerte el dictador Franco. Así que sí, la placa es claramente franquista, por quien la puso, la fecha en que se colocó (creo que esto es lo más doloroso para la memoria), y lo que se quería resaltar.

Pero… Pemán fue un autor famoso (otros lo llamarían ilustre), con un gran peso en la cultura gaditana y española de aquella época más bien oscura, tal vez el más popular. Casi nadie lo lee hoy, pero en la televisión única tuvieron un gran éxito su serie 'El Séneca' y otra documental que coordinó sobre Historia de España. Fue probablemente el escritor del Régimen, de un régimen que ya se fue por las cloacas de esa misma Historia. Representó a Cádiz durante décadas.

Hacer desaparecer su memoria es imposible, siempre habrá un lugar para él en los libros, por mínimo que sea. Dejar la placa, como muestra del respeto, la concordia y la buena voluntad que sus dedicantes nunca mostraron, sería deseable y demostraría gran altura de miras. Aunque propongo alguna pequeña y significativa modificación: eliminemos la referencia a la sangrienta corporación de 1939, porque no ofende tanto a la memoria democrática un escritor fascista que luego moderó su opinión, como aquel ayuntamiento irredimible que atentó contra su pueblo. Y, si hace falta, dejemos lo de "excelso cantor" como un folklorismo hilarante…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios