Se vuelve a demostrar que hay que aceptar el bus como una de las mejores fuentes de información. Una señora que decía ser pediatra se quejaba de que todos los años se ve obligada a pleitear contra la Junta de Andalucía para conseguir que le reconozcan el complemento con el que el SAS le premia el hecho de reunir en su nómina de pacientes a casi dos mil niños. Llegan las vacaciones y muchos profesionales de la medicina familiar se ven forzados a asumir las listas de pacientes de sus vecinos de consulta. "O eso o te quedas sin vacaciones, elige". Qué manera de cabrear al personal con este tipo de diálogos judiciales para tontos. Son esos profesionales, pediatras o no pediatras, los que tienen que curar a mis niños, a sus nietos o a los hijos de sus vecinos. No les mosqueen, señores del SAS, encima de que les lavan los trapos sucios y, a cambio de poco más de cien pavos al mes, asumen lo que no deberían.

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