Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Patrimonio

Las murallas que son responsabilidad municipal se caen a pedazos, se deterioran o están abandonadas

Tres cuestiones: I. Una de las decisiones más injustas que puede tomar cualquier gobernante es reducir o suprimir impuestos a los ricos porque anula la redistribución de la renta. La supresión del Impuesto sobre el Patrimonio anunciada por Juanma Moreno me parece abyecta. Se benefician unos pocos andaluces (un 0,2%), se dejan de ingresar 100 millones de euros que es más o menos el coste de la rehabilitación de Valcárcel para Facultad y ls obrs de la Ciudad de la Justicia, cuando Andalucía recibe 8.000 millones en concepto de solidaridad del resto de los contribuyentes españoles. La merma de estos ingresos supone un deterioro de los servicios públicos que perjudica a los más desfavorecidos.

II. Declarar el carnaval Patrimonio Inmaterial de la Humanidad no sirve absolutamente para nada. Tiene un mero efecto masturbatorio para los gaditanos y para los carnavaleros. Hace más de 10 años le concedieron ese mismo título al flamenco y no ha supuesto ningún cambio. Se dieron una sesión de baño y masaje los políticos que lo promovieron y ahí se acabó la historia. Ya nadie se acuerda. Como el silbo gomero o como cualquier otra actividad a lo largo del planeta. Declarar las murallas o el Casco Histórico como Patrimonio de la Humanidad supone una salvaguarda sobre las actuaciones en el entorno, aparte de las campañas de promoción que hacen las 15 ciudades españolas con ese título. El Ayuntamiento de Cádiz, si se consigue el título para el carnaval, sacará pecho y a otra cosa, mariposa. Una más de las actuaciones hechas de cara a la galería en una ciudad donde ser comparsista, cuartetero o corista parece que es mucho más útil que ser científico, escritor, docente o sanitario. Como cantó el adalid del feminismo gaditano que da nombre a un colegio con una sentencia condenatoria: "Un mojón pa los humanos, Cádiz es de Cádiz ná má y es patrimonio del gaditano".

III. Desconozco qué utilidad tiene para la ciudad de Cádiz el concejal de Patrimonio. Por lo que se ve, va de mirón a los actos en la Alcaldía mientras presidentes de la Diputación, embajadores u otros dignatarios firman en el libro de honor. Se sitúa adecuadamente como si le importase, para salir en la foto. Asiste a todas las croquetadas de la ciudad y hace declaraciones sobre lo que debería hacer Costas con las murallas. Mientras tanto, las murallas que son responsabilidad municipal se caen a pedazos (San Roque), se deterioran (Puertas de Tierra) o están abandonadas (Santiago). Mucho chau chau pero ninguna actuación. Mucha foto del nuevo Don Croqueta, mucho hablar, pero ni un euro de inversión municipal en la preservación y difusión del patrimonio de la ciudad.

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