El día que me echen, me iré a la cola del paro. Seguro. No es bueno desear el mal a nadie pero no deja de sorprenderme la manera que tiene la Junta de Andalucía de condenar la mala gestión de su último gerente del SAS, Miguel Moreno Verdugo. No ha sido capaz de poner pie en pared a la crisis que vive la sanidad pública andaluza y lo cesan. Pero no lo mandan al rincón de pensar sino que lo ponen al frente de un hospital malagueño para gestionar su presente y su futuro así como el bienestar de sus empleados y asistidos. Creo que el cese ha sido duro porque, tal y como dice el propio consejero de Salud, en diez meses no puede arreglar lo que el PSOE ha destrozado en sus 37 años en el poder. Ese mismo margen de confianza que se ha dado la propia Junta, que se ha dado el propio consejero, podría haber servido para este señor, convertido ahora, como premio, en director de Hospital Regional de la capital de la Costa de Sol.

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