El Palillero

José Joaquín / león

Paseos por la Bahía

PUESTOS a innovar, se está estudiando la posibilidad de abrir una línea marítima entre Cádiz y Huelva, posiblemente con un ferry. Como no se ha podido acercar a ambas provincias por carretera (a pesar de que no es imprescindible atravesar Doñana), y como los dos puertos estaban en un ten con ten con los cruceros, esa posibilidad estaría bien. Cuantas más líneas tenga el puerto de Cádiz, mucho mejor. Ojalá que las hubiera a Buenos Aires, Montevideo, La Habana y tantos puertos americanos, como en los tiempos del esplendor. Pero, antes de todo eso, hay algo esencial: que vuelvan los paseos por la Bahía. O sea, que vuelva el espíritu legendario del Vaporcito del Puerto.

La historia del Vaporcito es bien conocida. Paco Alba le dedicó uno de los himnos del Carnaval. El Vaporcito forma parte de la historia marítima de Cádiz y de El Puerto de Santa María en el siglo XX. Era el mejor barquito que jamás se ha conocido para pasear por la Bahía. Por otra parte, fue declarado Bien de Interés Cultural. Si el Carnaval de Cádiz entra algún día en el patrimonio de la humanidad, este barquito pinturero lo debería hacer igualmente.

Desde aquel naufragio del 30 de agosto de 2011, cuando se hundió en el muelle Reina Victoria tras colisionar con la escollera, el Vaporcito se nos fue a la historia. La maraña burocrática y los problemas posteriores han creado un hueco de añoranzas. Según se publicó, hacen falta 400.000 euros para repararlo. De ningún modo se puede considerar que el Adriano III haya sido sustituido por el catamarán que navega entre Cádiz y El Puerto. Este es un medio de transporte con otros planteamientos.

Muchas personas que vienen a Cádiz se sorprenden de que no haya paseos turísticos en barco por la Bahía. En cualquier ciudad con río los turistas pasean en barco. Eso vale desde París a Sevilla. Sin embargo, en Cádiz, que tiene una Bahía mucho más bonita que un río, no funcionan los paseos turísticos en barco como el aliciente que pudieran ser. Y ha pasado con el Vaporcito lo que ha pasado, entre la general desidia. Ya casi nadie canta coplas de protesta por el Vaporcito, mientras los autores se estrujan el coco buscando temas absurdos y repitiendo los trágicos. O cuplés maravillándose de los inventos para enfriar el cayetano.

A este paso que vamos, se podrá ir en ferry a Huelva antes que organizar paseos por la Bahía como Dios manda. Si Paco Alba volviera, seguramente le escribiría otra vez al Vaporcito, aunque cambiaría la letra del pasodoble. En Cádiz todo se olvida.

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