Paseo Marítimo

El ambiente de las noches de julio, en los días laborables, es tristón. Parece que han venido menos veraneantes

Sorprende la evolución del verano de Cádiz. En los tiempos de Carlos Díaz y Teófila Martínez el Paseo Marítimo fue claramente promocionado. Realizaron obras, permitieron chiringuitos playeros y adoptaron otras medidas que lo convirtieron en el centro del ocio nocturno. Los restaurantes, bares de copas y demás locales estaban llenos durante casi todas las noches de julio y agosto. A pesar de estar muy concurrido, el Paseo Marítimo de Cádiz siempre ha parecido mejorable. En algunas zonas, como la de Santa María del Mar y el antiguo cementerio, parecía a medio hacer, como inconcluso. Con el Ayuntamiento de Podemos y Unidos, en los tiempos del alcalde González, la única aportación significativa ha sido el carril bici construido por la Junta (en el tramo de Asdrúbal al hotel Playa Victoria) y las broncas por la privatización de los chiringuitos.

Por motivos complejos de evaluar, la realidad es que el centro del ocio veraniego en Cádiz se ha difuminado. Muchos gaditanos prefieren el centro histórico, donde los bares han aumentado significativamente. Por el contrario, en el Paseo Marítimo el ambiente de las noches de julio, en los días laborables, es tristón. Parece que han venido menos veraneantes (o que salen menos) y también que ya no se desplazan muchas personas que residían en otros municipios de la Bahía. Eso se nota a simple vista.

El Paseo Marítimo, en cuanto a sus infraestructuras, se ha quedado a medio hacer. El carril bici está bien para las bicicletas, pero se llevó por delante muchas plazas de aparcamiento (que eran de zona azul en verano). El carril tampoco es demasiado útil todavía para los ciclistas, que se quedan como en el limbo en cuanto salen del tramo comprendido entre Asdrúbal y el hotel Playa Victoria. Ese tramo también ha mejorado en el espacio peatonal, que resulta más cómodo que antes. Sin embargo, en la zona de Santa María del Mar está aún peor, ya que hay más bicicletas (sin carril) asaltando el reducido espacio peatonal.

Está por ver lo que ocurrirá en el tramo más sensible del Paseo Marítimo, que es el comprendido entre el hotel Playa Victoria y Cortadura. Desde el principio se sabe que no hay espacio suficiente para el paseo peatonal, el carril bici, la calzada para que circulen automóviles, los aparcamientos y las terrazas de bares. Por lo que ya veremos el resultado, según las prioridades. Entre las cuales, el peatón debe ser lo primero y principal, como es propio de cualquier paseo marítimo mínimamente decoroso.

Al final, con estas obras, la ciudad se juega bastante. Se está jugando el ocio del verano y el futuro de muchos negocios.

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