Desde el fénix

José Ramón Del Río

El Papa y el sida

LA celebración ayer del Día Mundial de la lucha contra el sida y las estadísticas dadas a conocer, de la que impresiona la del número de niños que nacen infectados con el virus, ha vuelto a poner de actualidad las declaraciones del Papa sobre el uso del preservativo y que aparecen en el libro Luz del mundo. Se ha originado una fuerte polémica sobre si ha cambiado la doctrina de la Iglesia acerca de la licitud de ese uso y sobre su eficacia en la prevención del sida. Me ha parecido que lo mejor era comprar el libro, por cuestión de rigor en tema tan delicado, y transcribo a continuación lo que dice: "… El problema no puede solucionarse con la distribución de preservativos…", y añade: "Podrá haber casos fundados de carácter aislado, por ejemplo, cuando un prostituto utiliza un preservativo, pudiendo ser esto un primer acto de moralización". A la pregunta de si esto significa que la Iglesia católica no está en contra de la utilización del preservativo, contesta: "Es obvio que ella no los ve como una solución real y moral. No obstante… pueden ser, en la intención de reducir el peligro de contagio, un primer paso en el camino de una sexualidad vivida de forma diferente".

Con todos los respetos, me parece que parte de los problemas los ha ocasionado la defectuosa traducción a nuestra lengua del texto original, escrito en alemán, y que se aprecia no sólo en los pasajes transcritos, sino en la totalidad del libro. Al Santo Padre le hubiera reñido con justicia nuestra Bibiana Aído, por no decir "prostitutos y prostitutas", pero aparte de bromas, ya me dirá usted si entiende eso del "primer paso en el camino de una sexualidad vivida de forma diferente". Lo que para mí está claro es que el Papa ha dicho que aun cuando el preservativo no sea "una solución real y moral", sí que reduce el peligro del contagio del sida. En una palabra, que el Papa no dice en ningún lado que queda legitimado desde el punto de vista moral el preservativo, sino, sencillamente, que reduce el peligro de contagio del sida. En mi opinión hay que separar dos temas: el del juicio moral que le ofrece al Papa el uso del condón y el del juicio sanitario que las medidas profilácticas contra el sida, le puedan merecer..

Otros en la misma Iglesia han complicado el tema. Así, el portavoz de la Conferencia Episcopal cuando dice que el preservativo no se puede aconsejar "porque se usa en un contexto de inmoralidad". También un venerable sacerdote, cuando escribe que el virus del sida se cuela por los poros del preservativo porque éstos son cincuenta veces más grandes. Que me perdonen, si tengo que recordarles a Galileo, para que no enmienden la plana a los científicos.

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