El Falla ha parecido este año más que un sitio donde ibas a escuchar coplas, una especie de pancartódromo donde todo el mundo ha metido sus reivindicaciones. En medio de cualquier popurrí salía una pancarta o se le rendía un homenaje a alguien. Sólo ha faltado que apareciera la exministra Ana Mato homenajeada por la patronal de coches de lujo.

No cabe duda de que el concurso pierde a pasos agigantados su esencia y muchas agrupaciones tratan de cubrir con estos recursos su evidente falta de repertorio. Las coplas se hacen en verano, se meten en el congelador, se sacan tres días antes del concurso, se les pone una pancarta… y al microondas pasodoblero.

No te extrañe luego que esas coplas no sepan a nada. En muchas ocasiones, nada más que escuchas el principio de la canción y casi puedes adivinar el final, porque se ve venir.

El otro día el periodista Julio Camacho, a través de la Cadena Ser en las retransmisiones que hace a diario Radio Cádiz del concurso, llamaba la atención sobre la condición del certamen como concurso de repertorio y es cierto que cada vez este se cuida menos.

Capítulo aparte en este olvido de la esencia merecen los coros, ya más cercanos a la ópera bufa, que al Carnaval, con teatrillos de fin de curso de octavo de EGB para poder disimular así los topicazos de las coplas que no salen de los consabidos viva Cádiz, viva la mujer gaditana y vivan los chorros de agua de la fuente de San Juan de Dios.

Lo mismo ocurre, salvo la excepción del Gago, con los cuartetos, transformados en unos teatrillos de humor presunto que sólo hacen reir a los incondicionales.

El concurso de agrupaciones cada vez recuerda menos a Cádiz, a su personalidad. No es malo si lo que se quiere hacer con él es hacer caja, pero desde luego la fiesta y lo que ocurre en el teatro cada vez se diferencian más.

Lo que ocurre con las cosas sin personalidad es que son fácilmente imitables y si lo que importa es, además, el reconocimiento y buscarse dos euros, cosa que me parece completamente lícita, es muy fácil que salgan competidores que pongan más euros sobre la mesa y el certamen con sus pancartas se marche a otro sitio.

Creo que la ciudad debería de cuidar por que no se pierda la personalidad del concurso, como certamen de repertorio y como certamen del Carnaval de Cádiz. Sinceramente creo que sobran los popurrís y las presentaciones. Si sólo se cantaran cuplés, tangos y pasodobles, se acabaría mucho pancartismo, mucha ópera bufa y muchos ocho minutos insoportables.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios