Hoja de ruta

Ignacio Martínez

1, X y 2 en el País Vasco y Galicia

LAS elecciones se ganan o se pierden. Como en los partidos de baloncesto, no vale el empate. En estas de ayer ha ganado un partido en el poder, el PNV, y otro que estaba en la oposición, el PP gallego. Un 1 y un 2 en la quiniela. Mal resultado para Zapatero, a quien la crisis pasa factura. El PSOE pierde la presidencia de Galicia y, a pesar de su notable subida, no consigue ser el más votado en Euskadi como le concedían muchos sondeos hace meses. En todo caso, los nacionalistas pierden la mayoría en el Parlamento vasco y el PSOE podría sumar por los pelos una mayoría absoluta con el PP y la UpyD de Rosa Díez. O no, dicho sea a la gallega. Ibarretxe consigue más escaños que nadie, pero no se garantiza seguir de lehendakari. Su buen resultado se debe a un puñado de votos prestados por antiguos votantes de Batasuna, para impedir un triunfo socialista.

El PNV ha monopolizado la presidencia del País Vasco desde el inicio de la autonomía en 1979. Los resultados de ayer no le garantizan la permanencia en el poder por el hundimiento de sus antiguos socios: EA y la marca vasca de IU. Si el PNV saliera del gobierno autónomo vasco, cosa que dudo, las únicas autonomías españolas sin alternancia serían las de hegemonía socialista en Andalucía, Extremadura y Castilla La Mancha. Los 150.000 votos de la última marca blanca de ETA se han quedado en unos 100.000 que han optado por el voto nulo; los otros 50.000 han permitido la victoria del PNV y el sorprendente resultado de Aralar, partido independentista vasco que procede del mundo de Batasuna, pero condena la violencia, que ha conseguido cuatro escaños. Un buen ejemplo de cuál debería ser un futuro razonable dentro de la democracia de la llamada izquierda abertzale.

En Galicia, el PP ha dado la campanada. Nuñez Feijóo recupera la presidencia de la Xunta de manera espectacular para los populares. Rajoy no es que pueda respirar tranquilo, es que puede sacar pecho. Ha salvado un match point contra el sector más duro y aznarista de su partido. Y Feijóo se convierte en uno de los posibles delfines del propio Rajoy, dado el deterioro que los presuntos escándalos de espías y corrupción han supuesto para Esperanza Aguirre o Francisco Camps. El socialista Emilio Pérez Touriño ha estado sólo cuatro años en la presidencia de la Xunta. Su alianza con los nacionalistas del Bloque no ha resultado convincente para el electorado. Por el contrario, los gallegos han sido movilizados con habilidad por el Partido Popular; la amplia participación del 71% es impensable en casi cualquier otra región española.

La situación en el País Vasco queda abierta a múltiples alianzas. Con lo que el 1 en la quiniela para el PNV hay que ponerlo en cuestión. Cabe una apuesta triple, con Ibarretxe de lehendakari, con el PNV en el gobierno o incluso fuera de él. Lo que significa un 1, una X o un 2.

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