La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Pacto bastardo e innecesario

¿Qué hay de malo en pactar con un partido legal como EH Bildu? Todo. Sánchez prometió cinco veces no hacerlo nunca

Qué hay de malo en pactar con un partido legal como EH Bildu? Todo: el contenido del pacto, los protagonistas, la forma en que se ha gestado, las consecuencias en la política de alianzas, los daños que ha causado y hasta su inutilidad para los fines perseguidos por el Gobierno al pactar: sacar adelante la quinta prórroga del estado de alarma para combatir la pandemia del coronavirus.

Vamos por partes, que diría Jack el Destripador. Es ya legendaria la facilidad que tiene Pedro Sánchez para hacer lo contrario de lo que dice, y lo poco que tarda en incumplir sus compromisos. Mientras más solemnemente promete una cosa menos tiempo tarda en olvidarla. "No voy a pactar nada con Bildu, se lo repito cinco veces si quiere, o veinte", vino a decirle, jactancioso, al presentador de Los desayunos de TVE al principio de la legislatura. No es que rectifique, es que lo único que no cambia en su conducta es la rectificación permanente. Le cueste lo que le cueste.

A veces lo que le cuesta es un mordisco más a su ya mermada credibilidad, que se va aproximando a la de Pinocho. En esta ocasión la gravedad se multiplica por la singularidad del ex réprobo con el que se pacta. Si hay un partido en la política española que merezca un cordón sanitario de todos los demócratas para aislarlo de cualquier papel institucional, ese es Bildu. Heredero de Herri Batasuna -brazo político de ETA, según el Tribunal Supremo (2003)-, que dejó de jalear los asesinatos terroristas no por la convicción de que matar está mal, sino por el convencimiento de que no ayudaba al objetivo deseado. Nunca han condenado la violencia etarra, y nunca lo harán. Qué digo la violencia etarra, ¡mientras ellos firmaban el pacto con el PSOE sus compadres atacaban la casa de la secretaria socialista vasca! Para vergüenza de Sánchez.

Y todo esto para conseguir la abstención -ni siquiera el voto afirmativo- de los cinco diputados de Bildu a la nueva prórroga por quince días del estado de alarma que concede poderes excepcionales a un gobierno en precario en el Congreso. El pacto sobre la reforma laboral resultó un regalo innecesario a los batasunos porque la prórroga ya salía aprobada gracias a Ciudadanos. El precio, tremendo: ruptura con la patronal, división en el Gobierno y en el PSOE (freno a la reconstrucción, cabreo del PNV y malestar en Europa). Nunca un pacto hizo tanto daño en tantas direcciones. Y tan rápidamente.

Mañana hablamos de su contenido y de cómo se ha preparado y perpetrado.

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