Osos panda

Estamos convirtiendo a nuestros alumnos en osos panda que van a tener que competir con hienas y cocodrilos en un mundo cada vez más cruel

El otro día, dando un paseo por una zona playera, vi a varios niños haciendo los deberes en el porche. A su lado estaba la madre o el padre -o una hermana mayor en algunos casos- intentando ayudarles con las cuentas o las preguntas difíciles. Hace años era una imagen habitual, pero ver a los niños haciendo deberes se ha vuelto algo bastante insólito. Los deberes tienen mala fama -son aburridos y repetitivos y coartan la libertad de los niños-, pero encima se nos viene repitiendo que el esfuerzo educativo no sirve para casi nada. Al fin y al cabo, nuestro orondo ministro de Universidades considera que la memoria es una facultad inútil porque al fin y al cabo toda la información que necesitan los escolares se puede encontrar en internet. Como decía un tuitero, a partir de ahora los pilotos van a consultar las maniobras de aterrizaje en Google y los neurocirujanos van a preguntarle a Siri los pasos que hay que dar para hacer una craneotomía.

Es todo muy extraño. En estos Juegos Olímpicos estamos viendo cómo China se ha convertido en la nueva potencia mundial, y los entrenamientos draconiamos que se aplican a los deportistas chinos -convertidos en robots entrenados para resistir como si estuvieran combatiendo en una unidad de élite- son los mismos que se utilizan para adiestrar a sus estudiantes en la disciplina y el autocontrol y el esfuerzo desmesurado. Por supuesto que no me gustan los métodos educativos que se aplican en China (y en todo el Sureste asiático), pero es un suicidio lo que estamos haciendo en España al concebir la educación como un simple entretenimiento emocional que prescinde casi por completo de la memoria y de los conocimientos. De hecho, estamos convirtiendo a nuestros alumnos -sobre todo los más vulnerables de la escuela pública- en osos pandas que van a tener que competir con hienas y cocodrilos en un mundo cada vez más cruel y más complejo.

¿A quién beneficia rebajar de esta manera los contenidos educativos? ¿Qué se pretende al desterrar de las escuelas todo lo que suponga un mínimo esfuerzo? ¿No será que estamos buscando una sociedad de personas incapaces de pensar por sí mismas? ¿No será que estamos planeando una sociedad de zombis mentales que ignoren cómo decidir por sí mismos? ¿No estaremos planificando una sociedad de ciudadanos dependientes para siempre del Estado? Ahí lo dejo.

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